Los expertos aseguran que aún no está demostrado que sea más infectiva y que la fuerte propagación del virus en el Reino Unido puede deberse a que se diseminó en un entorno de gran densidad de población con mucha movilidad y escasas restricciones

R. Romar
Porque la ciencia también es noticia.

«El mensaje que hay que dar es de tranquilidad. Debemos vigilar, pero no alarmar a la población. Ya tenemos bastante con las variantes que existen como para preocupar a la gente con otras nuevas, porque hasta ahora no se ha demostrado realmente que la que se ha detectado en el Reino Unido sea más contagiosa ni más virulenta», asegura el epidemiólogo molecular y catedrático de Genética en la Universidad de Valencia Fernando González Candelas, el primero en realizar una secuencia genética del SARS-CoV-2 en España y que desde entonces ha analizado cientos de genomas del virus. Y lo mismo asegura el profesor de Genética de la Universidade de Santiago Antonio Salas, que ha publicado varios estudios sobre la variabilidad del coronavirus. «Mientras no se demuestre lo contrario -dice- lo que se ha visto hasta ahora no es diferente de lo que hayamos observado hasta el momento».

¿Está demostrado que la variante británica sea más contagiosa?

No, pese a la información suministrada por el Gobierno británico y la alerta emitida por el Centro de Control de Prevención de Enfermedades (ECDC). «Que se transmite con mayor velocidad está claro, pero no lo está que sea debido a la variante del virus detectado, que esta sea la responsable», explica Fernando González Candelas, Y lo mismo asegura Antonio Salas: «No se puede decir -apunta- que tenga más capacidad de dispersión basándose solo en datos epidemiológicos. Se tiene que demostrar molecularmente con distintos experimentos». Candelas incluso sospecha que la variante le ha venido bien al Gobierno británico para aplicar restricciones más duras, la única forma de contener la propagación del virus. «Les ha venido bien como excusa -señala- para confinar a parte de la población, lo que por otra parte es lo que había que hacer».

¿Qué pudo haber ocurrido entonces?

No se puede descartar que una mutación pueda haber contribuido a la propagación del virus, como tampoco lo contrario, pero aunque contribuyera en parte a su diseminación es muy probable que contribuyeran otros elementos igual o más decisivos aún. El principal es que la variante se haya visto favorecida porque haya surgido en un lugar con gran densidad de población, en un entorno de gran movilidad, con numerosos contactos sociales y escasas restricciones. Y este es justo el escenario que existía en Londres, la capital británica y su entorno, que es el más afectado por la nueva variante, antes de que el Gobierno británico decretara el confinamiento.

¿Pudo influir la existencia de supercontagiadores?

Si. Y esta es la teoría de Antonio Salas, que ha publicado un estudio, ahora corroborado por otro que han publicado otros autores en Science a partir de su misma estrategia, en la que demuestra que el factor determinante para la diseminación del virus es la presencia de supercontagiadores. Es decir, que haya una o varias personas con una carga viral alta, favorecida por entornos cerrados y con escasas precauciones que por sí solos tengan una enorme capacidad de propagación. Es el caldo de cultivo perfecto para la transmisión. «Nosotros hemos demostrado la existencia de 49 eventos de supercontagiadores en el mundo y este puede ser uno de ellos. Y no están relacionados ni con una supuesta mayor capacidad de transmisión del virus ni con su mayor virulencia. Es un problema global y lo que si está demostrado es que cuando se relajan las medidas y en ambientes cerrados ocurren con una mayor facilidad», apunta Salas.

¿Por qué se vincula entonces la cepa británica con una mayor capacidad de infección?

Primero, porque ha coincidido con una explosión del virus en el Reino Unido, sobre todo en Londres, sureste y este del país. En otras zonas no se ha observado esta capacidad de transmisión. De ahí que se haya estimado de forma preliminar que puede tener una capacidad de infección de hasta el 70 % con respecto a otras variantes. Según el Gobierno británico, hasta el 62 % de los contagios podrían deberse a la nueva variante. Segundo, porque esta cepa parece que está reemplazando rápidamente a otras versiones del Sars-Cov-2. Y tercero, porque algunas de sus mutaciones ya han demostrado en el laboratorio que aumentan la capacidad del virus para infectar células. Sin embargo, se trata de estudios muy preliminares. «Y no es lo mismo infectar células de ratón en cultivos de laboratorio, en un ambiente más propicio, que en humanos, donde las condiciones son otras», apunta Fernando González Candelas,

¿Cuándo podrá demostrarse que existe una relación causa efecto?

Serán necesarios estudios de epidemiología molecular que tardarán meses en realizarse, incluso más de un año, según apuntan los expertos. «Se requieren experimentos de laboratorio, pero ¿quieres esperar semanas o meses para ver los resultados y tomar medidas para limitar la propagación? Probablemente no en estas circunstancias», advirtió a la BBC el profesor Nick Loman, del Covid-19 Genomics UK Consortium. Antonio Salas es más tranquilizador. «En los patrones fenotípicos observados en clínica -asegura- no se ha observado que exista una diversidad que nos haga pensar que exista una mayor contagiosidad en la forma en que el virus se propaga en el huésped».

¿Cuándo surgió la variante?

Pese a lo que se pueda pensar, la variante británica no es nueva. Surgió el pasado mes de septiembre, aunque la eclosión de casos no ha surgido hasta hace dos semanas. Esto es lo que hace pensar a los expertos que existen otros factores, como una fuerte movilidad de la población unida a una relajación de las restricciones, que hayan intuido más en su expansión que la supuesta mayor transmiibilidad de la variante genética.

¿Se ha detectado en otros países?

Sí. El Ministerio de Sanidad italiano informó en la noche del domingo que ha sido encontrado un caso de una persona contagiada con esta variación del patógeno. Se trata de un paciente que estuvo hace unos días en Reino Unido, de donde llegó al aeropuerto capitalino de Fiumicino. Se encuentra ahora mismo en aislamiento junto a sus familiares y otros individuos con los que había mantenido contacto. También han sido localizados infectados de esta nueva cepa en Dinamarca, Bélgica, Países Bajos y Australia. La República Checa detectó el pasado mes de septiembre una mutación del virus SARS-CoV-2, que no se sabe aún si tiene que ver con la nueva cepa registrada en el Reino Unido, pero que podría explicar el fuerte impacto de la segunda oleada de la pandemia en el país centroeuropeo. Sin embargo, hasta el momento, en estos países no se ha observado una eclosión de casos ligados a la nueva cepa.

¿Serán efectivas las vacunas contra esta nueva variante?

Los expertos británicos han asegurado que es «muy improbable» que las vacunas en desarrollo y las que ya se han comenzado a suministrar a la población, en este caso la de Pfizer-BioNTech, pierdan la efectividad que ya han demostrado. Fernando González Candelas tampoco cree que esta y otras cepas que se ha detectado hasta el momento vayan a influir en la efectividad de las vacunas. «No parece -apunta- que vaya a tener un efecto en las vacunas, y si lo tiene sería muy leve, aunque sería conveniente que se haga un seguimiento de las personas vacunadas que tengan esta variante». Tampoco lo cree Antonio Salas. «Quiero pensar que no, porque la inmensa mayoría de las mutaciones que han surgido desaparecen y las que se mantienen no parece que hayan afectado en lo sustancial. La clínica que observamos en los distintos países del mundo es muy parecida», asegura.

¿Está mutando el coronavirus?

Es su naturaleza intrínseca. Mutan para sobrevivir, lo que no significa que sus variaciones estén ligadas a una mayor transmisibilidad o virulencia. O hasta el momento no se ha visto que sea así. Hasta ahora se han secuenciado hasta 300.000 genomas del SARS-CoV-2 en el mundo y ninguna se ha asociado a un mayor riesgo clínico. En un estudio que realizó Antonio Salas sobre la situación de España identificó 14.000 mutaciones y en otro que está preparando sobre 160.000 genomas han constatado hasta 25.000 diferentes. Aunque puedan parecer muchas, el genetista lo relativiza. «En una persona contagiada el virus está mutando cientos de veces. Pero la inmensa mayoría de las mutaciones desaparecen al cortarse la transmisión. Que se hayan identificados miles no significa que se mantengan y las que lo hacen no tienen, por ahora, efecto en la clínica del virus. «La mayoría de las mutaciones que surgen no proporcionarán una ventaja selectiva al virus. Sin embargo, algunas o las combinaciones de varias podrían proporcionar al virus una ventaja selectiva, como una mayor transmisibilidad», explican desde el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC).

¿Qué se sabe de esta nueva cepa?

Los científicos del Gobierno británico han identificado que hay 17 mutaciones vinculadas en el código genético del virus. Algunas  que dan lugar a la nueva variante se producen en «la proteína de las espículas que el virus tiene en la superficie y que utiliza para unirse a las células. El ejemplo gráfico que pongo siempre es que esa espícula en la superficie del virus es la llave para abrir la cerradura que tienen las células, esa llave digamos que con esta mutación abre mejor la cerradura que antes. Y ese es el mayor motivo de preocupación, como infecta más fácilmente las células se propaga mucho mejor entre la población y por lo tanto puede afectar al número de personas enfermas que necesiten hospitalización», explica la viróloga de la USC, Isabel Bandín.

¿Es más contagiosa?

El análisis en el Reino Unido sugiere que esta variante es significativamente más transmisible que la que circulaba anteriormente. El Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha publicado un informe preliminar en el que habla de que esta nueva variante tiene un potencial estimado para aumentar el número reproductivo (R) en 0,4 o más, con un aumento de la transmisibilidad de hasta un 70 %.

¿Es más grave? 

«La información disponible sobre la gravedad de la nueva variante del virus es limitada. Hasta la fecha, no hay indicios de aumento de la gravedad de la infección observada en relación con la variante, pero la evaluación se ve condicionada por el hecho de que la mayoría de los casos se notificaron en personas menores de 60 años, que tienen menos probabilidades de desarrollar síntomas graves» asegura el ECDC en su informe.