Algunas sociedades científicas dan su opinión sobre la práctica del vapeo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

Varias afirman que la utilización de este sistema ayuda a dejar de fumar

16 dic 2020 . Actualizado a las 10:55 h.

Vapear es «menos dañino que fumar cigarrillos convencionales». Es la idea que flota en los pronunciamientos de varias sociedades científicas internacionales que han mostrado su punto de vista sobre esta práctica. Así, por ejemplo, la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud (2020) sostiene: «Hay evidencia concluyente de que la sustitución completa de los dispositivos de liberación con nicotina y sin nicotina por cigarrillos de tabaco combustibles reduce la exposición de los usuarios a numerosos tóxicos y carcinógenos presentes en los cigarrillos de tabaco combustibles».

Por su parte, la Public Health England concretiza el descenso de ese riesgo, desde sus estudios: «Nuestra última revisión refuerza el hallazgo de que vapear supone una fracción del riesgo de fumar, al menos un 95 % menos dañino y un riesgo insignificante para los transeúntes. Sin embargo, más de la mitad de los fumadores creen erróneamente que vapear es tan dañino como fumar o simplemente lo desconocen».

Otra institución como el Royal College of Physicians reconoce que «no es posible cuantificar con precisión los riesgos para la salud a largo plazo asociados con los cigarrillos electrónicos». Pero añade que «los datos disponibles sugieren que es poco probable que superen el 5 % de los asociados con los productos de tabaco para fumar, y podrían ser sustancialmente más bajos que esta cifra». Además añade que «los cigarrillos electrónicos son eficaces para ayudar a las personas a dejar de fumar».

«La evidencia sugiere que los cigarrillos electrónicos son sustancialmente menos dañinos para la salud que fumar, pero no están exentos de riesgos», sostiene el National Institute for Health and Care Excellence. «Muchas personas los han encontrado útiles para dejar de fumar», añade.

Desde el Cancer Research del Reino Unido se subraya que «las consecuencias para la salud a largo plazo del uso de cigarrillos electrónicos son inciertas», pero «la evidencia hasta ahora sugiere que los cigarrillos electrónicos son mucho menos dañinos que fumar». En la línea de otras sociedades, apunta que «existe una creciente evidencia que sugiere que los cigarrillos electrónicos pueden funcionar con éxito como una ayuda para dejar de fumar»

En la British Lung Foundation indican que los expertos no han encontrado «riesgos significativos para las personas que los usan». Y añaden que «cambiar los cigarrillos por un cigarrillo electrónico puede mejorar sus síntomas de afecciones pulmonares como el asma y EPOC».

Menos sustancias tóxicas

«Hasta ahora, la evidencia muestra que los cigarrillos electrónicos han reducido significativamente los niveles de sustancias tóxicas clave en comparación con el tabaco, con niveles promedio de exposición muy por debajo de los umbrales de preocupación», dice el Royal College of General Practitioners

La Royal Society for Public Health (2018) asegura que «no solo vapear es al menos un 95 % menos dañino que fumar, sino que también ayuda a un número cada vez mayor de fumadores a dejar de fumar». Por su parte, Action on Smoking and Health UK va más allá: «Existe un riesgo insignificante para los demás como consecuencia del vapor de segunda mano de los cigarrillos electrónicos. Se ha evaluado que el riesgo de padecer cáncer por vapeo es inferior al 0,5% del riesgo de fumar»

En el National Health Service Scotland son tajantes: «Fumar mata. Ayudar a las personas a dejar de fumar por completo es nuestra prioridad. Actualmente existe consenso en la evidencia actual de que usar cigarrillos electrónicos es definitivamente menos dañino que fumar tabaco».