Larry, el gato del 10 de Downing Street

Juan Francisco Alonso LONDRES

SOCIEDAD

NEIL HALL | Efe

El felino es funcionario, ostenta el título de «Jefe Ratonero de la Oficina del Gabinete» y ya ha visto pasar a tres primeros ministros

14 dic 2020 . Actualizado a las 08:57 h.

La presencia de animales en las sedes de gobierno de medio mundo es algo habitual. Muchos mandatarios tienen mascotas. Así, hasta la llegada de Donald Trump en el 2017 en la Casa Blanca había vivido un perro o un gato, en el Kremlin Vladimir Putin tiene al menos dos perros y un caballo, y en la Moncloa, Pedro Sánchez tiene su perra, llamada Turca. El Reino Unido no está fuera de esta tradición, pues la reina Isabel II tiene varios corgis en el Palacio de Buckingham y Boris Johnson adoptó el año pasado un perro callejero al que llamó Dilyn.

No obstante, en el 10 de Downing Street habita otro animal, pero este es distinto porque no es una mascota sino un funcionario. Se trata del gato Larry, quien ostenta el título de Jefe Ratonero de la Oficina del Gabinete desde que en el 2011 el entonces primer ministro británico David Cameron lo recogió de un albergue y le encomendó la tarea de acabar con los roedores que había en lo que fue su despacho y residencia por casi siete años.

La cosa parecerá broma, pero no lo es. El sitio web del Gobierno británico incluso tiene un aparte especial dedicado al felino, en el que asegura que «saludar a los invitados, inspeccionar los mecanismos de seguridad y probar la calidad de muebles antiguos para dormir la siesta» son otras de sus responsabilidades.

Larry no ha logrado acabar con los ratones, porque no es un cazador en realidad. Por el contrario, disfruta más de pasearse por la calle y los jardines de Downing Street. Por esto se especuló que Cameron lo despediría y en el 2016, en su última sesión de control en la Cámara de los Comunes tras renunciar por los resultados del referendo del brexit, tuvo que negar las versiones que aseguraban que no lo quería.

«Yo lo amo y tengo evidencia fotográfica para probarlo», dijo a los parlamentarios mientras mostraba una foto con el gato entre sus piernas. «Lamentablemente no me lo puedo llevar, porque él pertenece a la oficina y el personal lo quiere mucho», agregó.

Pero la tarea que sí ha cumplido es la relacionada con el recibimiento de los dignatarios internacionales que visitan la sede del Gobierno británico. Comenzando por el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien incluso lo sostuvo entre sus brazos. También se vio con el sucesor de este, Donald Trump, durante las dos visitas que dispensó al país en el 2018 y el 2019. Sin embargo, al parecer no tuvieron buena química y prueba de ello es que en la última el gato decidió echarse una siesta debajo de la limusina del visitante, poniendo a los equipos de seguridad de ambos países en aprietos.

El felino es tan popular en el país que Theresa May lo mantuvo en su puesto tras suceder a Cameron en el 2016 y en el 2017 le colocó un collar con la bandera británica en honor al brexit. Esta decisión le valió no pocas críticas y también que desde la cuenta no oficial de Twitter que tiene el animal (@number10cat) se asegurara que éste podría obtener un mejor acuerdo con Bruselas que ella.

Larry también ha estado presente en momentos estelares, como la renuncia de May en mayo del 2019, y se dejó ver en la cuenta atrás para poner en marcha la salida del país de la Unión Europea (UE) en enero pasado.

Pelea con un colega

El gato, al igual que sus jefes, ha tenido sus escándalos. Así, en su primer día de labores arañó cuatro veces a una periodista que trataba de hacer un reportaje sobre él y en el 2016 se vio involucrado en una pelea con Palmerston, el ratonero oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores (Foreign Office) y que como él también fue rescatado de un albergue. La policía tuvo que intervenir en la riña.

Y aunque ya tiene 13 años de edad, Larry parece no tener planes de retirarse y, por el contrario, está aguardando a conocer a un cuarto premier.