Raquel Meroño: «Cualquiera que conozca a Flo sabe que tacharlo de homófobo es ridículo»

beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Raul Tejedor

La actriz ganadora de la quinta edición del concurso quiere volver a hacer series

10 dic 2020 . Actualizado a las 10:03 h.

Cuando arrancó MasterChef Celebrity, nadie habría apostado a que Raquel Meroño se convertiría en la ganadora de la quinta edición del concurso. Pero, programa a programa, fue creciendo en destreza hasta explotar en un duelo final frente a Florentino Fernández con un menú de inspiración balinesa que resultó espectacular visto desde fuera y que, según el jurado que lo cató, también estaba sabroso por dentro. Con el fuego de su postre volcánico con corazón de mango lo apostó todo para que el público no se olvide de que ha vuelto a la televisión. Y, si puede ser, para quedarse.

-¿Ha asimilado ya la victoria?

-Estoy tan contenta que todavía no doy crédito. No me lo esperaba y menos al principio. Lo único que quería era que no me echaran a mí de primera, para que mis hijas no se avergonzaran más que nada. Todo ha sido cuestión de ponerse objetivos a corto plazo a ir cumpliéndolos poco a poco. Donde he dado el sprint final ha sido en los últimos episodios, que es donde he hecho acopio de toda mi fuerza y me he disparado.

-¿Cómo se logra pasar de ser «mamá microondas» a «mamá MasterChef»?

-Pues currando. En la vida no hay otra manera. Currar, currar y currar. Todo el tiempo que no estaba en plató estaba con una coach trabajando y cocinando durante horas y horas. También tuve la suerte de que apareció en mi vida esta mujer, Bárbara Buenache, que ha vivido el concurso como su fuésemos una y me ha dedicado días enteros para enseñarme. Gracias a ella estoy aquí, si no habría sido imposible. Ha sido una superprofesora maravillosa.

-Con usted son ya varios ganadores de «MasterChef Celebrity» que apenas sabían freír un huevo antes del concurso. ¿Cree que el programa valora más los conocimientos o la evolución?

-La evolución es algo que se valora muchísimo. Ellos mismos se dan cuenta de quién sabe y quién no simplemente por cómo coges un cuchillo. Si ves en los primeros programas cómo lo cojo y estoy a punto de llevarme todos los dedos de la mano... Pero en los últimos ya estoy cortando sin siquiera mirar. Esa destreza te la da la práctica y el estudio, el esfuerzo. Y eso se valora muchísimo en este programa y en la vida en general.

-¿Qué ha sido lo más difícil de este aprendizaje exprés?

-Lidiar con los nervios, sobre todo al principio. Especialmente por ese reloj de las pruebas. A mí el trabajar contra reloj me superaba. Igual que lo de «tienes tres minutos para comprar». Lo del tiempo no lo llevaba bien. Pero poco a poco, de foso en foso, te vas acostumbrando. Lo que decía Josie, al final el foso te curte y te hace más fuerte.

-¿Se vio mejor en el trabajo en equipo o en la tarea individual?

-Lo he dado todo siempre. En los equipos era mi forma de demostrar a mis compañeros que estaba avanzando, que sabía más, tenía más criterio y podían contar conmigo. Al principio, cuando no sabes nada y te dejan de última en ser elegida, te mueres del bajón. Yo muchas veces decía «no pasa nada, he dejado el ego en adobo». Pero cuando ya empiezan a contar contigo y tu criterio se toma en consideración empiezas a empoderarte y te vienes arriba.

-¿Cómo ha sido grabar el programa en plena desescalada?

-Ha tenido cosas buenas, como el hecho de que todo el mundo estaba confinado y tú estabas viajando por España para grabar en localizaciones preciosas, y ha tenido cosas malas, porque ha sido un poco triste el hacer un programa tan bonito sin poder compartirlo abiertamente con todo el equipo. A mí me encanta estar siempre en contacto con los técnicos, los cámaras, con todo el equipo, que son parte de la familia. En este caso era un montón de gente con mascarilla y nosotros, totalmente apartados del resto y haciéndonos pruebas continuamente.

-¿Se puede decir que esta victoria es su regreso a televisión por la puerta grande?

-Eso no está en mi mano pero sí es un deseo que me encantaría que se cumpliese.

-¿Y cómo quiere que se materialice?

-Me encantaría hacer ficción, volver a hacer una serie de televisión.

-¿Echó mucho de menos la tele durante estos años?

-Sí, la televisión es como ese primer amor que no se olvida. Está muy bien hacer otras cosas, porque te reinventas, pero hay amores que no se olvidan y no me he dado cuenta de lo importante que era esto para mí hasta que he entrado en MasterChef y lo he revivido. ¡Es que en la tele era tan feliz! Cuando me fui se suponía que era momentáneo, pero te empiezas desligar y cuando quieres darte cuenta han pasado diez años. Pero te das cuenta de que forma parte de ti y las cosas que te hacen feliz no hay que dejar que se vayan.

-¿Desde dentro de las cocinas sonaban tan mal las parodias de Flosie como algunos las han visto desde fuera?

-Había terminado la grabación del programa cuando esto sucedió. Me enteré ya muy tarde y no le he dado demasiada importancia, porque cualquiera que conozca a Flo [Florentino Fernández] sabe que tacharlo de homófobo es una ridiculez. Puedo entender que uno de sus muchos personajes haya podido ofender a alguien, ahí no me meto. Pero él ha explicado que nunca ha querido molestar a nadie y ha pedido disculpas. Pero Flo no es Flosie, puede prescindir de un personaje que estaba recuperado de otra época televisiva en la que sí funcionó. Los tiempos cambian, las sensibilidades cambian y ya está, tiramos para delante. Tachar a Flo de homófobo es como decir que yo soy astronauta, vamos, una tontería.