A Katia Loritz, que había reventado la taquilla con películas como «Las chicas de la Cruz Roja» o «Atraco a las tres», la apodaban «la Sofía Loren alemana»; a Luis Suárez, que a día de hoy sigue siendo el único balón de oro español, también le conocían como «el arquitecto», por cómo trazaba sus pases. Ambos fueron protagonistas (uno sin pretenderlo, la otra más implicada) de un culebrón propio de la pacata sociedad de su época. «Hubo más que amistad», aseguraba ella en La Voz. «No me interesa como esposa», respondía él.
09 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.A principios de los sesenta, el fútbol ya daba mucho que hablar en España. Además de las polémicas por un quítame allá ese fuera de juego, los grandes clubes europeos empezaban a gastarse en fichajes cantidades fabulosas para la época. El presidente del Barça ponía el grito en el cielo por las ofertas de Italia: «El fútbol ha dejado de ser un deporte para convertirse en un espectáculo», se lamentaba en La Voz. De hecho, el gallego Luis Suárez militaba ya en el poderoso Inter de Milán tras su paso por el club catalán. Pero, al menos en España, los ríos de tinta rara vez desbordaban los trazos que marcaba el rectángulo de juego. Hasta que en octubre de 1963 empiezan a aparecer en La Voz unos titulares sorprendentes en las páginas deportivas de aquellos tiempos: «‘Katia Loritz no me interesa como esposa’», dice Suárez»; «Katia Loritz afirma que sus relaciones con Luis Suárez fueron algo más que amistosas», «Luis Suárez desmiente sus amores con Katia Loritz»...
El resumen de la historia es este: Luis Suárez, una de las grandes estrellas del fútbol europeo del momento, había sido fotografiado paseando por Milán en compañía de esta actriz de origen alemán, afincada en España. Ella era aún toda una estrella del celuloide patrio —ojo: en el que triunfaban películas como Escuela de seductoras— con títulos como Atraco a las tres o Las chicas de la Cruz Roja, aunque si miramos su biografía comprobaremos que su carrera iba declinando.
No era la primera vez que Katia salía en los titulares por asuntos del corazón: tras rodar un filme con el Litri, la prensa había especulado con su matrimonio con el torero. En La Voz, un cronista aseguraba: «Muy pronto van a empezar las amonestaciones». Sin embargo, y según lo que contaba el periódico sobre la relación entre Luisito y la actriz, el único que casi se lleva la tarjeta roja es el futbolista de Monte Alto: «Katia Loritz dice que H.H. (técnico del Inter) intervino y que dejó de enviarle cartas de amor», relataba el periódico en una entrevista con la chica de la Cruz Roja. «Ha habido algo más que amistad», aseguraba ella. «A Luis le interfirió nuestras relaciones el entrenador y el club», continuaba Katia, quien aseguraba que él le había enviado «un montón» de cartas: «La última no la contesté porque me dolía de unas declaraciones a un diario». Ese diario era La Voz, donde Luis Suárez había asegurado que tenía fotografías con muchas chicas, pero que ninguna había sido novia suya. «¿Y ese dribling al amor?», le interrogaba el periodista. «Será porque no he encontrado la mujer que me haya hecho pensar en el matrimonio», respondía. «Pero es que Katia es Katia, amigo...», le insistían: «Es muy atractiva, pero no me interesa como esposa», zanjaba el futbolista.
«Kata Loritz es muy atractiva, pero no me interesa como esposa», zanjó Luis Suárez
De esta historia nunca más se supo. De Katia Loritz, que se casaría en el 66 con un empresario y que Almodóvar la rescataría para el cine en el 84 (¿Qué he hecho yo para merecer esto?). Falleció en el 2015. De Luis Suárez, que sigue siendo el único futbolista español que tiene el Balón de Oro.
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