El mosquito tigre, la otra epidemia

SOCIEDAD

Mosquito alert

En el 2020 ha habido el mayor de número de notificaciones desde que existen registros

02 dic 2020 . Actualizado a las 09:01 h.

El 2020 será recordado por el coronavirus. La pandemia ha eclipsado todas las demás amenazas que han estado presentes. Dos de ellas están íntimamente relacionadas. Este fatídico año al que se le puede añadir todo tipo de adjetivos, está siendo, además, cálido. Las altas temperaturas han impulsado la proliferación del mosquito tigre. Desde que hay registros nunca se habían detectado tantos. «Las densidades del mosquito tigre se debe a dos factores: el clima y la conducta humana, ambos son los que le proporcionan periódicamente puntos con agua, dónde cría», explica Frederic Bartumeus, investigador en el CEAB-CSIC.

La plataforma de ciencia ciudadana Mosquito alert lleva notificados ya 1.798 positivos, frente a los 885 del 2019. La crisis sanitaria podría explicar, también, este aumento tan significativos de los casos. «La prohibición de viajar a las segundas residencias durante los meses de marzo y abril pudo afectar en el mantenimiento de jardines, piscinas y terrazas, dónde se pudo acumular el agua que necesitan los mosquitos para multiplicarse», sostiene el entomólogo Roger Eritja.

Las condiciones durante la segunda mitad del año siguieron siendo cálidas, tanto el verano como el otoño. El mosquito se ha instalado y no parece que quiera irse. «En verano, las altas temperaturas permiten que las larvas se desarrollen más rápido, acortando el tiempo entre generaciones, y dando lugar a un crecimiento exponencial de sus poblaciones, siempre y cuando dispongan de lugares con agua donde reproducirse. Y el otoño está siendo cálido y los mosquitos siguen activos, como atestiguan los más de 250 informes que hemos recibido la plataforma solo en las dos últimas semanas, y más de 250 observaciones confirmadas de mosquito tigre entre octubre y hasta noviembre», apunta.

Naciones Unidas sostiene que el origen de la pandemia es la relación hostil que los seres humanos mantienen con el mundo natural. Y la naturaleza envía más avisos. «El calentamiento global podría alargar su estacionalidad permitiendo que los mosquitos estuviesen activos durante más días del año», concluye.