Los pacientes de covid-19 relatan su drama: «No seas un asesino»

SOCIEDAD

El director gallego Iago Prada recoge en un vídeo con afán de concienciar las palabras de cuatro personas que sobrevivieron al virus

07 dic 2020 . Actualizado a las 00:03 h.

Pablo Otero tiene 30 años y es informático. Su abuelo Carlos fue, probablemente, el segundo ingresado en uci por covid-19 en Galicia, tras haberse contagiado presumiblemente en un centro cívico en el que ensayaba una coral. «Se fue en una semana. Fue durísimo», relata. Toda la familia, a excepción de su padre y su prima, sufrieron la pandémica enfermedad. «No sabíamos muy bien qué era. Fue un puñetazo en la cara», describe.

«Desde el minuto uno me propuse hacer todo lo posible para que a ningún otro abuelo le sucediese lo que le pasó al mío», avanza. Y concienciar sobre el covid-19 es una de las acciones en las que ha puesto más empeño. Por eso, cuando su amigo y director Iago Prada le propuso participar en un vídeo documental para recoger los testimonios de aquellos que sufrieron la enfermedad, no lo dudó. «A veces te tienen que decir las cosas sin edulcorar», afirma. En el vídeo, Pablo espeta: «No seas un asesino».

Iago Prada tiene 31 años y amplia experiencia en el sector audiovisual. «Nuestro trabajo debe tener una función social y transmitir una serie de valores y mensajes, que en estos tiempos son muy importantes. Además, tenemos las herramientas y los conocimientos. Es casi obligación por responsabilidad individual», explica, mientras recuerda que ya realizó otros documentales para concienciar sobre el sufrimiento animal y el cuidado del medioambiente.

«En una situación como esta donde los enfermos y los muertos son números, a veces hay que recordar cosas tan básicas como que son personas, gente con familia, y que sus testimonios pueden ayudar a que entendamos mejor qué se siente», argumenta.

Además de Pablo Otero, la pieza recoge los testimonios de Nacho Sánchez (dependiente de 23 años), Perfecto López-Novoa (jubilado de 73 años) y su hijo Carlos Perfecto López-Novoa (profesor de Náutica, de 30 años). El perfil es tan variado como el drama familiar que conllevó el aislamiento y el tratamiento de cada uno de ellos y de sus seres queridos.

Sus historias son un torpedo a las conciencias de quienes se comportan de una manera irresponsable frente a la expansión de un virus mortal que ha provocado casi un millón y medio de fallecidos en todo el mundo.

Arropado por Kaze, Fran y Jesús, el equipo comprobó «lo duro que fue ver a alguien tan querido contar las cosas así, tan claras y tan crudas». «Fue muy emotivo escuchar a un amigo hablar así de la muerte de su abuelo, y muy duro de editar porque siempre te queda mal cuerpo pensando que mientras hago eso, sigue muriendo y enfermando gente», relata. «Y con Perfecto padre, que él mismo dice que es increíble que esté vivo, pues... Dio mucho que pensar todo. Pero ahora ya no se me olvida lavarme las manos al llegar a casa», concluye.