Qantas no dejará subir a sus aviones a viajeros internacionales que no se hayan vacunado del covid-19

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Pasajeros, desembarcando de un vuelo de Qantas
Pasajeros, desembarcando de un vuelo de Qantas STRINGER | reuters

El director ejecutivo de la aerolínea sostiene que en cuanto a los vuelos domésticos, se mantendrán atentos a la evolución de la pandemia para decidir si exigen o no esta acreditación

23 nov 2020 . Actualizado a las 17:11 h.

La aerolínea australiana Qantas, que tiene previsto reanudar parte de sus vuelos comerciales a mediados del 2021, exigirá a todos sus viajeros internacionales estar vacunados del coronavirus una vez que haya un fármaco aprobado y disponible; si no, no les dejará subir a sus aviones. Lo anunció su director ejecutivo, Alan Joyce, en el programa de televisión A Current Affair, donde explicó que la compañía trabaja ya en cambiar sus «términos y condiciones» para poder exigir un certificado de vacunación a los pasajeros. En cuanto a los vuelos domésticos -dentro de las fronteras del país-, Qantas se mantendrá atenta a la evolución del covid-19 antes de tomar ninguna decisión. 

Ya en la primera oleada de la pandemia varios países como Alemania, Reino Unido o Chile se plantearon implantar un pasaporte inmunológico, un documento que permitiese a aquellas personas que ya habían pasado la enfermedad demostrar que tenían anticuerpos y que, por tanto, ni podían volver a contagiarse ni -lo más importante- infectar a los demás. Aquellos que contasen con él, estarían eximidos de cumplir las restricciones. La idea fue en la mayoría de los casos descartada y en los menos, apartada, al suponer no pocas dudas científicas -la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó claro que no existen datos que demuestren que las personas que hayan pasad el covid-19 estén protegidas frente a una segunda infección-, numerosos problemas legales -limitaría libertades y derechos fundamentales por esta condición- y todavía más dilemas éticos. Este certificado implicaría que durante un tiempo habría una sociedad dividida en dos tipos de personas: los que pueden disfrutar de autonomía a la hora de moverse y acceder a determinados servicios, y los que deberían seguir cumpliendo las normas y hasta confinados. Existe incluso la peligrosa posibilidad de que la gente intente contagiarse para obtener su pasaporte cuanto antes.

En España, el planteamiento lleva un tiempo contemplándose en la Comunidad de Madrid. Su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, anunció ya en el mes de julio su intención de poner en marcha una cartilla covid similar a una cartilla vacunal, con réplica en la tarjeta virtual, que registrase si un ciudadano había pasado la enfermedad o las pruebas PCR a las que había sido sometido, con sus respectivos resultados. La idea recibió en su momento un aluvión de críticas, pero Madrid, erre que erre, implantará el documento sanitario a lo largo de los próximos días. De momento será meramente informativo. En él se incluirá la historia clínica de cada paciente sobre test, pruebas serológicas y de antígenos. Según han indicado fuentes del Ejecutivo autonómico, lo que se va a hacer es «un volcado en la tarjeta sanitaria virtual» de los datos diagnósticos del paciente que se haya realizado estas pruebas, tanto en el sistema público de salud como en laboratorios privados. De esta forma, una persona podrá acreditar a través del móvil que tiene un resultado negativo si necesita viajar. También serviría en un futuro para incluir los resultados de los test de antígenos realizados en las farmacias si el Gobierno regional logra implantar su plan para que estos establecimientos realicen estas pruebas.