El Instituto Tecnológico de Galicia liderará la transición hacia una energía sostenible en España

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El centro gallego diseñará el software que se encargará de la gestión integra de las nuevas redes inteligentes de energía

18 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Uno de los pocos aspectos positivos que dejará la pandemia es una oportunidad histórica para crear una sociedad digital y sostenible. Las ayudas europeas para combatir la crisis económica ascienden a 140.000 millones de euros. El plan de reconstrucción obliga a los países a destinar un 33 % del dinero a la digitalización y un 37% a la transición energética. Así, España puede retomar el camino que emprendió hace una década y que le permitió convertirse en un referente mundial en energías renovables. Esta vez parece que no habrá tantos obstáculos para llegar hasta el final.

El reto es descomunal, pero ya está en marcha y Galicia será un activo importante. El Instituto Tecnológico de Galicia ha sido uno de los cinco centros elegidos por el Gobierno para materializar el cambio de modelo energético. «Se va a descentralizar toda la generación actual de energía y se va a producir en entornos locales, desde un pueblo a un polígono. Toda esa energía hay que gestionarla, tanto internamente como la interacción con la red y el mercado eléctrico. Surgen, por tanto, muchos problemas que hay que solucionar», explica Santiago Rodríguez, director de la División de Energía de ITG.

El centro gallego diseñará el software encargado de realizar la gestión íntegra de las nuevas redes. «Vamos a implantar algoritmos de predicción basados en inteligencia artificial que nos dirán cuáles son las mejores zonas de explotación en función del clima e incluso anticipar cuánta energía se va a consumir y demandar. En este sentido, nuestra propuesta combina digitalización y transición energética», apunta.

La financiación europea obliga a apurar los plazos para la implantación del nuevo modelo energético: «Lo que parecía una necesidad para dentro de ocho años ahora tendrá que ser en tres. En este tiempo tenemos que conseguir que las comunidades locales sean energéticamente positivas. Es decir, que produzcan más de lo que consumen y puedan exportar el excedente a otros entornos», concluye Rodríguez.