Su mujer, Irene Rosales, se ha convertido en su mejor escudera, aunque el buen rollo existente hasta ahora con su suegra Isabel también le pasará factura. Ella precisamente la acusa de toda esta crisis. También los hermanos de Kiko, Francisco y Cayetano, le han mostrado públicamente su apoyo. Algo que él ha agradecido pero prefiere que no digan nada malo de su madre por muy enfadado que esté con ella.