«Confinamiento cívico» en Portugal para el 70 % de su población

Begoña Íñiguez LISBOA / CORRESPONSAL

SOCIEDAD

El primer ministro portugués, António Costa
El primer ministro portugués, António Costa ANTONIO COTRIM | EFE

António Costa pide el encierro voluntario en municipios con alto nivel de contagio, aunque mantiene abiertas cafeterías, restaurantes y el comercio, aunque es obligatorio el teletrabajo siempre que se pueda

01 nov 2020 . Actualizado a las 10:18 h.

El jefe del Gobierno de Lisboa, el socialista António Costa, ha anunciado este sábado las medidas adoptadas por el Consejo de Ministros extraordinario para frenar el avance del coronavirus en Portugal, que ha vuelto a batir récords las últimas 24 horas con 4.007 nuevos positivos —sobre todo en las regiones de Oporto y de Lisboa—, y 39 fallecidos mientras crecen los internados en las ucis.

El Ejecutivo portugués ha preferido no decretar ya el estado de emergencia, que permitiría declarar el toque de queda, mantener el estado de calamidad y endurecer las medidas de una manera quirúrgica en los Ayuntamientos donde se han producido más de 240 nuevos casos por 100.000 habitantes durante los últimos días. Es el caso de 121 municipios portugueses, donde residen el 70% de los portugueses, entre los que se encuentran el área metropolitana al completo de Oporto y de Lisboa, algunos del Alentejo, de la región del Miño, de la Beira Interior, y uno del Algarve.

Las medidas afectarán a 7,1 millones de personas y entrarán en vigor el 4 de noviembre. A partir del miércoles los residentes en dichos municipios están obligados al «deber cívico de confinamiento», que significa salir solo para lo esencial y confinarse voluntariamente en casa, como ocurrió del 16 de marzo hasta comienzos de mayo. Aunque, en este caso, no se cerrarán las cafeterías, restaurantes y el comercio «para que no pare la economía», como afirmó António Costa, quien se reunirá con el presidente de la República, el conservador Rebelo de Sousa, para decidir si se mantiene el estado de calamidad o se avanza para un estado de emergencia en esos 121 municipios.

Colegios abiertos y teletrabajo

¿Qué se puede y no se puede hacer con el «deber cívico de confinamiento»? Desde el 4 de noviembre, y al menos durante 15 de días, en los municipios lusos afectados por las nuevas restricciones los niños y los jóvenes pueden ir al colegio o a la universidad pero es obligatorio el teletrabajo, salvo en las profesiones donde es imposible aplicarlo. Los establecimientos comerciales cerrarán como límite a las diez de la noche y los restaurantes a las diez y media. Solo podrá haber un máximo de cinco personas en cada mesa y se prohíben los eventos y reuniones de más de seis personas.

El primer ministro portugués ha insistido mucho en «la responsabilidad individual para no contagiar y eso afecta también con quién nos relacionamos y lo que hacemos». En estos 121 ayuntamientos no se obliga a nadie a estar confinado, pero se apela al deber cívico de salir solo para lo fundamental. Aunque se permitirá «dar paseos higiénicos y hacer deporte, con mascarilla y manteniendo la distancia de seguridad siempre», insiste António Costa.

El primer ministro luso ha reconocido «la gran labor de los sanitarios portugueses y el considerable aumento de hospitalizaciones que los está dejando exhaustos», añadiendo: «Contrataremos 350 enfermeros y cien internistas más las próximas semanas y aumentaremos el número de camas en las ucis, aunque todavía tenemos 70 disponibles», aseguró.