Pedro Sánchez y Ayuso, de la foto de las banderas al posible 155 sanitario en una semana

María López EFE

SOCIEDAD

EUROPA PRESS / J. Hellín

Nada queda del acuerdo de cooperación entre el Gobierno central y el Ejecutivo de Madrid escenificado por los dos presidentes

28 sep 2020 . Actualizado a las 17:09 h.

De la fotografía de las banderas al desencuentro total. De la paz a la guerra política. Del acuerdo al reproche. La gestión de la epidemia del coronavirus de la Comunidad de Madrid ha dado un vuelco en apenas siete días, tras una semana que empezó con un acuerdo entre la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso y el jefe de Ejecutivo Pedro Sánchez y terminó con el temor a una intervención y un choque frontal entre administraciones.

De estar «para apoyar, para ayudar» y no «para tutelar ni para evaluar y menos para suplantar a una administración», en palabras de Sánchez, a exigir «medidas drásticas» ante un riesgo «serio» para la ciudadanía y advertir que de lo contrario «actuarán en consecuencia», como aseveró este domingo el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

21 DE SEPTIEMBRE, LUNES DE ENTENDIMIENTO

Sánchez y Ayuso se reúnen en Sol, sede del Gobierno madrileño el día que se restringe la movilidad en 37 zonas básicas de salud de la Comunidad de Madrid. El encuentro llega tras otra semana de confusión por las medidas a adoptar y tras pedir la presidenta un plan específico para Madrid por su «naturaleza peculiar» y condición de «motor socioeconómico».

Rodeados por 24 banderas, ambos dirigentes anuncian un órgano de coordinación, el Grupo Covid-19, porque esta es una «batalla epidemiológica, no ideológica». Ayuso reclama ayuda militar en «materia sanitaria» y PCR en la red de transportes. Señala ya que un confinamiento total y el estado de alarma son la «muerte» y afirma: «Madrid es España dentro de España ¿Qué es Madrid si no es España?» para pedir un «paraguas nacional» ante el virus. Por la tarde el Grupo Covid-19 se reúne por primera vez.

22 DE SEPTIEMBRE, MARTES DE ANTICIPACIÓN ANTE NUEVAS MEDIDAS

El martes amanece con el anuncio de que Madrid estudia ampliar las limitaciones a más zonas. Antes de que se conozcan los datos de incidencia acumulada, que suman 16 zonas en rojo (con más de mil casos por cada cien mil habitantes) el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pide a los ciudadanos restringir su movilidad y reuniones sociales, pero afirma además que no es el momento de activar el estado de alarma.

También el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, solicita salir «lo menos posible».

23 DE SEPTIEMBRE, MIÉRCOLES EN CALMA

El miércoles Madrid concreta su petición de ayuda: reclama 222 efectivos de Policía Nacional y Guardia Civil y la contratación de 300 médicos extracomunitarios; el ejército se solicita únicamente para montar carpas para la realización de test y desinfectar. El diálogo continúa. «No podemos estar en la estrategia partidista, en los rifirrafes, en el juego de pimpón de culpas, sino que necesitamos ponernos a trabajar ya», afirma el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado (Cs).

Madrid asegura que percibe una «estabilización» e incluso «mejoría» de los datos de incidencia de coronavirus que invitan al «optimismo» y pide esperar al viernes para conocer nuevas limitaciones. Aún no hay multas a la espera del pronunciamiento de la Justicia.

24 DE SEPTIEMBRE, JUEVES QUE PREVÉ SEMANAS DURAS

«Vienen semanas duras». Con estas palabras el ministro Illa sube el tono sobre la gravedad de la situación en Madrid e insta a «actuar con determinación», aunque reconoce el esfuerzo de Madrid asegurando que ha dado «pasos muy importantes» y evita pronunciarse sobre el cierre. En público sigue habiendo entendimiento y ambas administraciones se reúnen en el Grupo COVI-19, aunque solo cierran un acuerdo: el doctor Emilio Bouza, experto en enfermedades infecciosas y microbiología, será el portavoz del grupo. El Fernando Simón madrileño, le apoda la prensa.

Madrid recibe el capote de la Fiscalía, que apoya los confinamientos selectivos, mientras que en la calle hay protestas que tachan la medida de segregadora. La de Puente de Vallecas termina con cuatro detenidos y la izquierda de Más Madrid y Unidas Podemos critica al delegado del Gobierno, José Manuel Franco (PSOE), por cargas policiales a su juicio «desproporcionadas». La ruptura entre administraciones se ha producido ya, pero no se conocerá hasta el día siguiente.

25 DE SEPTIEMBRE, VIERNES DE FRACTURA INSTITUCIONAL

A diez minutos de que Madrid anuncie las nuevas medidas en rueda de prensa, el Ministerio de Sanidad convoca una del ministro de Sanidad. Illa comparece al mismo tiempo que el viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19 de Madrid, Antonio Zapatero. Contraprogramación en toda regla, escenificación del desacuerdo entre ambas administraciones.

El doctor madrileño anuncia ocho nuevas zonas con confinamientos perimetrales y casi al tiempo Sanidad revela que ha pedido que Ayuso amplíe las restricciones de movilidad a toda la capital y a municipios con incidencia acumulada de más de 500 casos por cada cien mil habitantes, la mitad que el baremo madrileño.

La petición se hizo el jueves y se hace pública el viernes, pero Madrid desoye la recomendación del Ejecutivo central e insiste en la vía madrileña: 45 zonas básicas confinadas desde el lunes, limitaciones que llegan ya a 1.025.574 habitantes.

La pelota sigue en el tejado de la Puerta del Sol, pues Illa insiste en que las decisiones sobre cómo gestionar la situación corresponden a Madrid.

El Ejecutivo madrileño denuncia «discriminación», asegura que no ha ocurrido nada que le obligue a moverse de su posición y pide un criterio homogéneo para todo el país, citando la situación en Cataluña.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid avala las restricciones a la movilidad.

26 DE SEPTIEMBRE, EL SÁBADO EL RIESGO ES «SERIO»

El ministro de Sanidad insta a Madrid a revisar sus medidas y «escuchar la ciencia» ante el «riesgo serio» que corre la ciudadanía.

La presidenta madrileña guarda silencio, pero no su consejero de Interior y Justicia, Enrique López, que acusa al ministro de «desleal» y le pide que deje de «usar» a Madrid para tapar la polémica sobre el rey y Cataluña.

El alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP, José Luis Martínez-Almeida, acusa a Illa de «enredar», cambiar de criterio sin datos y confundir a la ciudadanía.

El Fernando Simón madrileño, Emilio Bouza, dimite antes de estrenarse en el cargo: «Las circunstancias que he presenciado (...) y la contemplación de las ruedas de prensa simultáneas del viernes 25, me obligan a renunciar y a declinar el ofrecimiento», afirma en una carta.

Los rumores sobre un 155 sanitario crecen y por la noche López asegura en redes sociales que «no cabe ninguna intervención sanitaria» y que las competencias son de Madrid.

27 DE SEPTIEMBRE, DOMINGO DE COLISIÓN

El Ministerio reitera su llamamiento para intensificar restricciones y, con posturas cada vez más alejadas el vicepresidente Ignacio Aguado (Cs) actúa como mediador, hablando con Illa y pidiendo un “alto al fuego”.

El Gobierno de Ayuso asegura que se abriría a limitar movimientos en toda la capital si el criterio se extiende a todo el país, pero la propia presidenta corrige públicamente esta posición en una entrevista televisiva que, como el viernes, se solapa con la que ofrece el ministro de Sanidad en otra cadena.

La presidenta defiende que Madrid no se puede «confinar sin más», a su juicio «lo fácil» y aboga por soluciones «intermedias y creativas» porque «nos estamos arruinando».

Ayuso pide homogeneidad en la respuesta a la crisis, ve «motivos políticos» tras el cambio de postura del Gobierno de Sánchez y al tiempo reclama un respaldo específico para Madrid, sobre todo para imponer las cuarentenas, porque de lo contrario el problema no se va a ir «nunca».

28 DE SEPTIEMBRE, LUNES DE INCERTIDUMBRE

Illa se reúne en la tarde del lunes con el consejero de Sanidad madrileño y sus correspondientes equipos técnicos con las posiciones más enconadas desde el inicio de la pandemia para seguir abordando medidas de prevención contra la covid-19 en Madrid.