Juan Francisco Alonso
En el 2022 la British Broadcasting Corporation, la BBC, cumplirá cien años. Un aniversario redondo de una institución mundialmente conocida y admirada que es uno de los ejes del poder blando del Reino Unido. Sin embargo, los festejos podrían verse deslucidos. ¿La razón? La cadena, considerada como un modelo a seguir para los medios de comunicación públicos, se enfrenta a una serie de circunstancias que pueden poner en riesgo su pervivencia tal y como la conocemos en la actualidad. El más importante es que es un canal incómodo para el Gobierno del conservador Boris Johnson, que lo considera demasido crítico. Ya quedó en claro durante la reciente campaña electoral, cuando el líder tory rechazó ser entrevistado por el periodista Andrew Neil, una de las estrellas de la corporación y conocido por ser muy duro e incisivo con sus invitados. Pero además Johnson anunció durante la carrera por el 10 de Downing Street que estudiaba despenalizar el impago de la licencia de televisión (TV licence), la tasa de donde salen el 75 % de los fondos de los que se nutre la BBC.