La segunda ola acorrala a Johnson, que endurece las restricciones

juan francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ

SOCIEDAD

Los restaurantes tendrán que cerrar a las diez a partir de este jueves
Los restaurantes tendrán que cerrar a las diez a partir de este jueves NEIL HALL

A partir de este jueves la hostelería cerrará a las diez y el personal de las tiendas deberá llevar mascarilla, entre otras medidas

23 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Boris Johnson prefiere prevenir que tener que lamentar y, por ello, ante los datos que indican que el Reino Unido se encuentra ya frente a la segunda ola de covid-19, ha decidido endurecer las medidas de distanciamiento social vigentes, aunque sin llegar a imponer un confinamiento como el vivido entre marzo y junio. «Nos encontramos en un punto de inflexión peligroso (…) este es el momento de actuar», afirmó el primer ministro británico ante la Cámara de los Comunes, donde anunció una batería de decisiones, entre las cuales se encuentra ordenar a los pubs, restaurantes y bares cerrar a las 10 de la noche desde este jueves, prohibir los deportes grupales de más de seis personas en espacios cerrados e instar a quienes puedan trabajar desde casa a que lo hagan. Pero como si lo anterior no fuera suficiente, Johnson también anunció que el número de personas que podrán asistir a bodas ahora pasará de 30 a 15 y que el uso de las mascarillas será obligatorio en taxis así como para el personal de tiendas, restaurantes, cafés, bares y hoteles.

Asimismo los planes del Gobierno de reabrir los estadios la próxima semana han quedado congelados indefinidamente. Para asegurarse que las nuevas restricciones sean acatadas por la población, el premier anunció un endurecimiento de las sanciones para quienes las violen. Así quienes no utilicen mascarillas en el transporte público o en las tiendas o quienes participen en reuniones de más de seis personas podrán ser multados por la policía con 200 libras (217 euros), y los reincidentes podrían terminar teniendo que pagar casi 3.500 euros.

En su discurso ante los diputados, Johnson se apresuró a aclarar que estas medidas no suponen una reedición del confinamiento que impuso en primavera. «Quiero subrayar que esto no es en absoluto un regreso al confinamiento total de marzo (…) Nos aseguraremos de que las escuelas, las universidades y los negocios permanezcan abiertos, pero debemos tomar medidas para evitar la propagación del virus», dijo. Sin embargo, el anuncio de que las restricciones podrían durar «al menos» seis meses no sentó bien en la Cámara. Pero no solo entre la oposición, desde donde acusaron al premier de «no tener un plan» para enfrentar la pandemia, sino también desde las mismas filas tories, donde advirtieron de las consecuencias para la economía.

La falta de sintonía y coordinación entre Londres y las autoridades de Edimburgo quedó patente cuando la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, informó que prohibía a los habitantes de la región visitar a sus familiares y amigos en sus casas. Sturgeon justificó esta decisión por considerar «insuficientes» los pasos dados por Johnson para contener la propagación del virus. Ayer, la sanidad pública informó que contabilizó 4.926 casos en las últimas 24 horas, la cifra más alta desde el 7 de mayo.