Feijoo dice que el descontrol de Barajas es el «paradigma» de la actitud del Gobierno en la pandemia

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Sandra Alonso

El presidente de la Xunta sostiene que la Comunidad de Madrid es la más «difícil» de gestionar y que Podemos está «llamando al incumplimiento» de recomendaciones del Ministerio de Sanidad

21 sep 2020 . Actualizado a las 12:32 h.

El presidente de la Xunta ha abordado la situación de la pandemia en Madrid y ha pedido que se reconozca que «es el territorio más difícil de España» para gestionarla. Al hilo del encuentro entre Pedro Sánchez y la presidenta Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijoo ha puesto el acento en la falta de competencia de la comunidad en tres puntos esenciales, como son el aeropuerto de Barajas y las redes ferroviarias y de carreteras, centradas en Madrid.

Considera que los gobiernos autonómicos no tienen «capacidad» ni competencias para asumir los controles sanitarios o pruebas PCR en estos nudos de comunicación, y a su juicio esos millones de personas que «son un riesgo» representan el «paradigma del compromiso de la Administración del Estado con la pandemia».

Feijoo insiste en que las autoridades policiales, una «competencia exclusiva» del Gobierno de España, deben ponerse a disposición de las autoridades sanitarias de las comunidades. 

Sobre las restricciones en la capital de España, el líder gallego recordó que se trata de «decisiones que hemos adoptado otros presidentes con más o menos énfasis», incluso a nivel de ciudades y por barrios. Y sobre la reacción que han generado estas medidas, se confesó sorprendido de que haya partidos del Gobierno «que estén llamando al incumplimiento de las recomendaciones del MInisterio de Sanidad. Es una contradicción política y una irresponsabilidad sanitaria», concluyó.

Sobre el inicio del curso académico, que esta semana continuará en Secundaria, FP y las universidades, Feijoo afirmó que Galicia está haciendo «o máis difícil», que es recuperar la docencia presencial, y asumiendo que el «o risco cero non existe», pide optimismo a la comunidad educativa para afrontar un reto para el que hay protocolos establecidos que permitirán minimizar las consecuencias.