España notifica más de 23.500 casos este fin de semana, unos 7.000 diarios

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Agostiño Iglesias

Casi 2.500 tienen fecha de ayer y Madrid ya registra uno de cada cinco positivos en España

31 ago 2020 . Actualizado a las 19:39 h.

Desde el pasado viernes, España ha registrado más de 23.500 casos de coronavirus, que se corresponden con unos 7.000 casos diarios. Un total de 2.489 tienen fecha de notificación de las últimas 24 horas, un descenso en comparación con el viernes. «Estamos en cifras que son altas», ha reconocido el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, aunque deben ser contextualizadas en el alto nivel de detección que se está dando y a la importante tasa de asintomáticos, de alrededor de la mitad de los positivos. De hecho, de los 47.000 casos que se han notificado durante la última semana, apenas 5.000 cuentan con fecha de inicio de síntomas.

Madrid está a la cabeza de los contagios y los que se producen en la comunidad suponen ya uno de cada cinco de los positivos que se producen en España. También el País Vasco y Andalucía (aunque la transmisión se concentra en ciertas provincias) están por encima de los 300 casos. La comunidad madrileña es la que tiene también la mayor tasa de ocupación hospitalaria, con un 16 %, diez puntos por encima de la media de España, con un 6 % y un total de 6.957 personas ingresadas, muy lejos de la presión a la que se vieron sometidos los servicios sanitarios durante el pico de la pandemia.

Aragón entra en una fase de estabilización, sino de descenso, y su ocupación hospitalaria se sitúa en el 13 %, mientras que en Euskadi está en el 11 %. Entre las comunidades que tienen una ocupación menor que la media española está Navarra, con un 4 %, y Extremadura, con un 2 %. Galicia sigue también entre las más bajas del Estado, con un 2 % según el último informe publicado. 

El número de fallecidos en la última semana es de 141. La mediana de edad de los fallecimientos está en los 85 años, lo que significa que más de la mitad superaban esa edad y además, la práctica totalidad eran mayores de 65 años. Si los casos más graves se dan entre la población mayor, la más vulnerable, el grueso de los positivos sigue dándose en las capas más jóvenes. El 55 % de los casos tienen menos de 40 años y apenas uno de cada diez está por encima de los 70.

No al modelo sueco

«Tenemos una situación epidémica que no es buena pero tampoco es catastrófica» y los sistemas sanitarios funcionan correctamente, con áreas en las que la presión empieza a ser alta, como ciertos hospitales en Madrid y la Atención Primaria en la capital y en Aragón. «Si las medidas tienen impacto, ese estrés en pocos días se puede bajar» y por eso hay que ser contundentes en su aplicación, ya que la protección individual bien utilizada hace que «la posibilidad de transmisión sea ínfima», ha destacado Simón. 

Lo que ha rechazado de plano es la aplicación de un modelo sueco, porque «hay que aprender a convivir con el virus pero no dejando que haga lo que quiera», sino controlándolo al máximo. Más transimisión significa más inmunidad, pero «no llegaríamos al 60 % sin que eso cueste un número importante de víctimas y no podemos consentirlo». Además, Suecia dejó de aplicarlo al poco tiempo, igual que países que apostaron por modelos semejantes en su momento, como el Reino Unido o Estados Unidos.

¿Por qué la transmisión es distinta según las comunidades?

«Las que han tenido brotes han tenido razones concretas», ha explicado Simón. Las primeras en incrementar la transmisión fueron las del nordeste (Aragón y Cataluña) y allí la razón fue la llegada de los temporeros y la posterior entrada del virus en áreas densamente pobladas como Zaragoza y Barcelona. Después, la transmisión se desplazó hacia el oeste y empezó a ser importante en Navarra y el País Vasco. «La mayor parte de los brotes estaban asociados a eventos sociales y el ocio nocturno».

Y también tienen que ver los períodos vacacionales y sobre todo la alta movilidad de la comunidad de Madrid. «Madrid es una zona de riesgo y en España la movilidad tiene un núcleo básico, que es Madrid» y a mayor distancia, Barcelona. Esa movilidad se ha plasmado en un incremento de la transmisión. Los grandes éxodos de población de las aglomeraciones urbanas a las zonas turísticas no han sido como otros años, pero han existido, principalmente en el Levante, en el que se ha registrado un incremento de los brotes. «No sabemos si es la vuelta de vacaciones de julio, pero coincide con un incremento de la transmisión en Madrid», ha apuntado Simón. «Lo mismo ha pasado en agosto».

Sabor agridulce en agosto

Precisamente, sobre el balance del mes que termina, Fernando Simón ha reconocido tener un «sabor agridulce», porque se han incrementado muchísimo las pruebas diagnósticas, hasta el nivel de que son prácticamente el doble de las que se hacían a finales de julio. La detección de casos y la distribución de asintomáticos, sintomáticos, hospitalizados, personas en la uci y fallecidos «indica que detectamos un volumen muy importante de la realidad de la infección, que era lo que faltaba antes», hasta el punto de que si la capacidad fuese la que había en el pico de la pandemia tan solo se estaría detectando una séptima u octava parte de lo que se detecta.

Se ha demostrado también que «se ha podido evitar una transmisión al mismo tiempo en todo el territorio», que se ha controlado  en el colectivo de los temporeros ,y que «poquito a poco, muy despacio, se van controlando los brotes en el ámbito social» y aunque en el ocio nocturno es más difícil, se ve una reducción en el tamaño de los brotes y que hay capacidad de controlar la expansión en zonas altamente pobladas, como Barcelona, con un esfuerzo importante y ahora Madrid, en la que «estamos en esa batalla».

«Suceden cosas que indican que se tienen herramientas para contener» el avance de la epidemia. Pero al mismo tiempo, «vemos un incremento de casos y tenemos que percibirlo como un incremento de la transmisión», hasta el punto de que se detectan prácticamente el mismo número de positivos que en el pico de la pandemia. «No nos puede dejar tranquilos», ha reconocido Simón.

Objetivo: controlar la transmisión en la escuela

Fernando Simón ha reconocido que la incidencia de la enfermedad entre los niños «es más alta de lo que fue en su momento» y que actualmente, entre la población en edad escolar, la más alta se da en la franja de edad de 16 y 17 años, porque tienen más vida social que los más pequeños. «Todos los grupos de edad tienen incidencias relativamente altas, pero la mayoría son asintomáticos o con sintomatología muy leve». Además, los niveles de hospitalización son bajos, por debajo de la media total de la epidemia, que se sitúa en el 4 %. 

«Entiendo que genere inquietud la vuelta al colegio, igual que la vuelta al trabajo, pero llevamos tiempo preparándonos», ha dicho Fernando Simón, que sin embargo ha subrayado que es importante entender lo que significa la transmisión en el colegio. «No podemos reducirla mucho más que en la población de referencia» y el objetivo es evitar que en el centro escolar sea superior que en la población en la que se sitúa el colegio

«Los profesores no son sanitarios» y por eso siempre van a tener dudas, pero Simón se ha mostrado convencido de que si se aplican las medidas de protección, si se consigue que el alumnado y las familias las apliquen también «la probabilidad de transmisión no va a ser cero pero se va a reducir».