«Todo este tiempo ha sido un desafío. Son días en los que lloro y grito», declaró a través de sus redes el hombre que se dice capaz de «transformar átomos» y que culpa a los espíritus de transmitir enfermedades sexuales a las personas. Se ignora qué haría con él la reina Sonia si pudiera... Pero parece evidente que al lado de este chamán, Ari Behn casi era el yerno perfecto. Marta Luisa no lo ve así. Ella a Durek lo llama «mi pobre novio» y lamenta que tenga que «soportar todas mis emociones en esta montaña rusa».
Para la cuñada de Mette-Marit su estado depresivo actual no deriva de una relación de dependencia con un ser tan inquietante sino, al revés, de la imposibilidad de tenerlo a su lado. No acceder a sus «poderes espirituales» la desespera. Aunque después de escalar un collado en las Lofoten la princesa se viene arriba y proclama esperanzada: «Todos podemos cambiar, como la mariposa que sale de su capullo».