Los resultados positivos animaron al equipo a evaluar la eficacia del tratamiento en otro modelo animal, cuya anatomía del cerebro es más cercana a la humana y contactaron con el Rush University Medical Center de la Universidad de Chicago, donde probaron la molécula en monos ancianos que tenían acumulación de alfa-sinucleína.
«Los resultados son muy alentadores ya que solo se reduce la expresión de alfa-sinucleína en las neuronas dopaminérgicas del cerebro medio, sin mostrar toxicidad», ha concretado Rubén Pavia-Collado, segundo autor del trabajo.