Inédito, un tornado de fuego en Galicia

SOCIEDAD

Julio Rivera (Grupo de Emergencia Supramunicipal (GES) de Muíños)

El incendio declarado en la localidad ourensana de Muiños generó un enorme remolino de fuego. «Nunca vin nada igual na miña vida, foi un momento de moita tensión» sostienen los bomberos

11 ago 2020 . Actualizado a las 20:30 h.

«Pensara que xa o vira todo, pero dende logo nunca presenciara un tornado de lume desta magnitude. Foi un momento de moita tensión para todos os que estabamos alí», confiesa Julio Rivera, responsable del Grupo de Emergencia Supramunicipal (GES) en Muíños, una de las zonas más castigadas por los incendios que han afectado al interior de Galicia y que le costaron la vida al piloto de un hidroavión. El pasado viernes, cuando los bomberos luchaban contra las llamas en la localidad ourensana se encontraron con un fenómeno que se abría paso a gran velocidad, un tornado de fuego que, según los testigos, tenía al menos una altura de unos ocho metros. «Alí por onde pasaba avivaba o lume e facía que se activaran focos secundarios que estaban moi preto de nós. Foi un momento de moito apuro. Teño vivido todo tipo de experiencias, incendios nos que o aire cambia bruscamente e che pasa o lume moi preto, pero un fenómeno así nunca pensei que o podería ver», asegura Rivera.

Un fenómeno atípico

Un remolino de fuego no es precisamente un evento meteorológico muy habitual. En Galicia son más comunes las mangas marinas y otros que se forman en tierra, aunque que tienen un origen diferente. Se forman como consecuencia de la interacción de dos masas de aire de diferente temperatura y siempre en presencia de una nube de tormenta o cumulonimbo que comienza a absorber el aire de sus alrededores y que puede llegar a tierra. En la comunidad gallega son habituales en la costa sur, donde coinciden el aire húmedo procedente del Atlántico y el cálido del interior. Suelen durar poco tiempo porque no existe tanta inestabilidad concentrada y rápidamente se encuentran con algún tipo de orografía o barrera física que rompe la estructura meteorológica. El lugar del mundo donde más se producen es en el famoso Callejón de los Tornados de Estados Unidos

Por su parte, un tornado de fuego aparece como consecuencia del ambiente tan hostil que generan las altas temperaturas alrededor de las llamas. El pasado 31 de julio el fuego declarado en Cualedro y Monterrei tuvo la capacidad para generar un pyrocumulus, una enorme nube de desarrollo vertical provocada por el propio incendio. «A gran cantidade de calor que desprenden os incendios favorece a aparición de correntes ascendentes. En determinadas circunstancias, a formación destas correntes acaba desembocando na formación dun tornado de lume. A orixe está suxeita a movementos caóticos do aire, pero o principio físico fundamental que explica o fenómeno é ben coñecido: a conservación do momento angular. É o mesmo principio polo cal un bailarín encolle os brazos para xirar máis rápido. No caso dun tornado de lume o que se encolle ou estreita é a columna de aire que xira. Nunha primeira etapa o incendio crea correntes de vento que poden presentar certa rotación, pero nun radio de centos de metros ou quilómetros, inapreciable para o ollo humano. Posteriormente, unha das correntes ascendentes provocada polo incendio absorbe aire do seu entorno, que tende a completar o baleiro que deixa o aire que ascende. Desta forma a zona de ventos en rotación concéntrase ou converxe cara un radio duns poucos metros, o que fai que a velocidade de xiro aumente drasticamente. Os gases incandescentes soben a través da corrente ascendente en rotación, o que fai visible o tornado», explica Damián Insua, investigador del grupo de Física No Lineal de la Universidad de Santiago.

Este tipo de fenómenos pueden llegar a alcanzar una altura de hasta cincuenta metros y su temperatura superar los mil grados. Al igual que ocurre con los tornados normales, en cuanto se encuentran con algún tipo obstáculo suelen deshacerse. «En canto o tornado atopouse cos camións xa se desfixo», subraya Julio.