Numerosas sociedades científicas se han mostrado en contra de este dictamen
03 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.
El Congreso de los Diputados aprobó hace unos días el dictamen sanitario de la comisión para la reconstrucción social y económica. Lo hizo, además, con amplia mayoría, por 256 votos a favor y 88 en contra, contando con el respaldo de PSOE, PP, Unidas Podemos y Ciudadanos. Un texto que pretende abrir una profunda reforma en la sanidad tras la pandemia del coronavirus. Y precisamente si durante la crisis del covid-19 hubo un servicio en primera línea de batalla ese fue el de las urgencias hospitalarias y el de las emergencias. Toda la sanidad se implicó de lleno, pero áreas como las ucis, urgencias o salud pública, entre otras, tuvieran particular relevancia.
El dictamen, sin embargo, ni menciona a las urgencias —tampoco a otros servicios—. En todo el texto esta palabra solo aparece dos veces, vinculada a la atención primaria. Esto ha indignado a los profesionales. En general ha habido críticas por parte de todas las sociedades científicas, pero en este caso particular la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) lamenta que se pierda la oportunidad de reformar unos servicios que llevan años clamando por cambios. «Llevamos años y pedimos siempre lo mismo: plantillas estructuradas, homogéneas, estables y con contratos, no que esto sea una zona de paso», dice Tato Vázquez Lima, presidente de Semes Galicia.
Y es que por no tener no tienen ni especialidad, pese a ser uno de los pocos países europeos sin ella: «solo no existe en Portugal, Chipre y España, pese a que hay una directiva que insta a regular la formación de las urgencias y emergencias, e incluso detalla que debe ser de cinco años». En la práctica, los urgenciólogos proceden de especialidades diferentes, fundamentalmente familia o medicina interna, y su nivel de inestabilidad es alto. «Hay comunidades que llevan 20 años sin un proceso selectivo», explica Vázquez Lima.