La playa de As Catedrais vuelve a tirar del turismo

SOCIEDAD

Playa de As Catedrais, Ribadeo. Más de 3.000 personas tienen entradas cada día para visitar la playa de As Catedrais, que sigue atrayendo turistas a pesar de las limitaciones de la pandemia
Playa de As Catedrais, Ribadeo. Más de 3.000 personas tienen entradas cada día para visitar la playa de As Catedrais, que sigue atrayendo turistas a pesar de las limitaciones de la pandemia PEPA LOSADA / VIVEIRO

Con un escenario adaptado al covid-19, crece la afluencia a uno de los iconos turísticos de Galicia

26 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Un millón de visitantes en 2021, coincidiendo con la efervescencia turística del Año Jacobeo. Esa era la proyección con la que trabajó el Concello de Ribadeo, en base a diferentes estudios, para elaborar el plan especial del monumento natural de la playa de As Catedrais, que adapta modelos de gestión de Stonehenge para ordenar un espacio de 56 hectáreas, la playa y su entorno. Pero el covid-19 lo ha trastocado todo. A las dos y media de la tarde, en bajamar en un día espléndido, cuesta hacerse a la idea de que pueda acudir semejante número de personas.

El paisaje dista mucho de las aglomeraciones de antaño. Para evitarlas, la Xunta elaboró un plan de protección y estableció en verano un cupo de 4.812 visitantes diarios. Gracias a ello, As Catedrais es un espacio más amable. Según el registro de ayer, más de 3.600 personas habrían sacado entrada, pero el dato es equívoco, porque se incluyen las que Xunta retira a diario para hoteles y taxistas. Nada raro. El año pasado, en julio nunca se alcanzó el cupo. Es en agosto cuando As Catedrais se llena y la espoleta es el 25 de julio. «Nótase que dende fai uns días vén moita máis xente... dende que se abriu a Mariña», comenta un tanto lacónico uno de los vigilantes al pie de las escaleras que bajan a la playa, mientras organiza los grupos que descienden por turnos.

A su lado, otra vigilante indica a unos visitantes extranjeros cómo retirar el pase gratuito en la web de la Xunta. «Estos días es posible, porque quedan libres», explica. Con todo, la mayoría acuden ya con su entrada, que muestran en los teléfonos móviles.

El espectacular escenario de As Catedrais y los actores se adaptan a las circunstancias: mascarillas, distancia de seguridad, caminar por la derecha... Y el que está considerado como el segundo monumento más visitado en Galicia, tras la catedral de Santiago, recupera músculo, con un goteo espaciado pero incesante de visitas. Ese movimiento a impulsos hace que en momentos puntuales se alternen vacíos y colas.

Imposible abstraerse del covid-19, pero en As Catedrais sigue habiendo cosas que no cambian. La terraza llena en el restaurante que quiere demoler el Concello y que hace su agosto en pleno julio. Abajo, un hombre busca la sombra al pie de un acantilado. Sobre su cabeza cuelga un cartel que advierte del riesgo de desprendimientos. O la chica que regresa junto a sus amigos. No cuesta imaginar la incredulidad en sus ojos tras las opacas gafas de sol cuando les comenta: «¡Dicen que solo quedan dos horas para bajar a la playa!». As Catedrais vuelve a tirar del turismo. A Mariña y Galicia lo agradecen.