Eutanasia para mayores sanos «cansados de vivir» llega al Parlamento holandés

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SOCIEDAD

Residencia de ancianos en una foto de archivo
Residencia de ancianos en una foto de archivo SANTI M. AMIL

Unos 10.000 holandeses mayores de 55 años mostraron su interés en ello

05 sep 2020 . Actualizado a las 15:22 h.

El Parlamento holandés ya tiene en sus manos el polémico proyecto de ley por el que los progresistas D66, uno de los partidos del Gobierno de La Haya, quiere defender el «derecho» de los mayores de 75 años que, aun estando sanos, opten por solicitar la eutanasia al considerar que han vivido bastante. Esta iniciativa genera gran controversia entre los socios de la actual coalición de Gobierno, en especial por la alarma que provoca en los dos partidos más conservadores, Llamada Democristiana (CDA) y Unión Cristiana (CU), que están en contra de legalizar esta opción, a pesar de que unos 10.000 holandeses mayores de 55 años mostraron su interés en ello.

Según un estudio publicado en marzo, a petición del actual Ejecutivo, esa es la cifra de personas, de un total de 21.000 encuestados, que querría poder tener acceso legal a la eutanasia una vez alcancen una edad determinada, tengan que lidiar con los achaques de la vejez y consideren que ya han cumplido su ciclo de vida. Esperar a los resultados de esa investigación fue lo que retrasó la presentación del proyecto de ley, que ha elaborado la diputada progresista Pia Dijkstra, puesto que los socios de Gobierno pusieron en el 2017 como condición hacer un estudio social para determinar si una ley así podría ser necesaria, antes de volver a hablar del asunto.

La autora del proyecto subrayó que el «problema es cada vez mayor ahora que la diferencia entre la vida biológica y la vida biográfica está aumentando gracias a los avances médicos». Es decir, la gente deja de formar parte del sistema laboral a los 67 años, pero vive más que antes, sin participar muchas veces en la sociedad y con quejas como la soledad o los achaques de la edad. Para poder acceder a esta opción, la persona debe tener al menos 75 años y llevar a cabo varias entrevistas con un «consejero profesional», con el que el anciano mantiene una conversación durante la última etapa de la vida para entender los motivos que hay detrás de su deseo de morir y si hay otras alternativas que le devuelvan las ganas de vivir.

Este consejero no es quien evalúa si es posible o no recurrir a la eutanasia, una decisión final que necesita al menos dos meses de reflexiones y en la que están involucrados familiares, el médico general y otros expertos. El líder de Unión Cristiana, Gert-Jan Segers, considera «inaceptable» que se haya presentado la propuesta a debate: «Me resulta verdaderamente doloroso que, en un momento en el que las personas mayores se sienten más vulnerables, D66 presente una propuesta que sabemos que conducirá a una mayor ansiedad en muchos ancianos», afirma.

También los demócrata-cristianos rechazaron tajantemente dar su apoyo a la propuesta, pero se comprometieron a «abordar las causas de la soledad» y tratar de paliar la situación, especialmente «cuando las personas se sientan solas, abandonadas o perdidas porque necesitan atención o cuidado». La diputada progresista encargada del proyecto, que asegura haber crecido en una familia cristiana menonita y estudió teología durante varios años, entiende la resistencia de los más conservadores, pero subrayó que incluso en su casa «la libertad personal de creer en lo que se quiere es muy importante».

«Comprendo bien la forma de pensar de Segers, pero al mismo tiempo pienso solo porque estés en contra, no tienes porqué obstaculizar lo que quieran los demás. ¿Verdad?», se preguntó. Aún no está claro si este proyecto podría lograr el respaldo de una mayoría parlamentaria, aunque en principio obtendría el respaldo de los liberales del primer ministro Mark Rutte. Un intento previo de legislar esta cuestión en 2016 contó también con el apoyo de los socialdemócratas (PvdA) y la izquierda verde GroenLinks.

La asociación médica holandesa KNMG cree que una ley así podría socavar las estrictas condiciones que regulan la actual legislación de la eutanasia y argumenta que las personas mayores que se sienten solas y no tienen suficientes recursos financieros deberían «tener ayuda, no (la posibilidad de) elección de una muerte prematura».