¿Ha detectado la ciencia una partícula de Materia Oscura?

SOCIEDAD

Quinteto de Stephan es un grupo de cinco galaxias situado en la constelación de Pegaso (a 290 millones de años luz). El grupo es el más estudiado de todos los grupos compactos
Quinteto de Stephan es un grupo de cinco galaxias situado en la constelación de Pegaso (a 290 millones de años luz). El grupo es el más estudiado de todos los grupos compactos NASA, ESA

El laboratorio italiano de Gran Sasso registra un evento jamás observado que se presenta como candidato para desvelar uno de los mayores enigmas del universo

20 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Universo conocido supone solo una pequeña parte de lo que realmente ocupa. La materia ordinaria representa el cinco por ciento del total. El resto se lo reparten una energía y materia misteriosa, a la que la comunidad científica se refiere como oscura. Desde la revolución científica, y gracias a personajes como Joanes Kepler y a Isaac Newton, se sabe que los planetas que están más cerca del Sol se mueven más rápido. Sin embargo, esto no ocurre con las galaxias.

 

La astrónoma estadounidense Vera Rubin descubrió el pasado siglo que la velocidad de las estrellas se mantenía constante independientemente de la distancia. Rubin postuló que debía de existir una materia invisible con una presencia diez veces mayor que la visible que mantiene ancladas a las estrellas. «La diferencia entre la materia oscura y la ordinaria es que la primera no interactúa con la luz. El único indicio de su presencia es la gravedad que genera, pero nada más. Actúa como una fantasmagórica sustancia a la que solo le es permitido gravitar, explica el físico teórico Gaston Giribet.

Descifrar el enigma de la materia oscura se encuentra entre los principales desafíos de la ciencia moderna. Su descubrimiento supondría uno de los mayores avances en el conocimiento del Universo. En el mundo existen varios experimentos dedicados a buscar partículas de materia oscura. «Si fuera el caso de que sí interactúa con la materia ordinaria, entonces habría una posibilidad, pequeñísima pero no nula, de que pueda ser detectada por nuestros experimentos. Deben ser detectores de una altísima sensibilidad, muy precisos, y que contengan gran cantidad de átomos como para aumentar las probabilidades de que alguno de ellos se digne finalmente a interactuar con una partícula de materia oscura», apunta Giribet. Uno de los detectores más sofisticados es XENON1T, en el Laboratorio Nacional Gran Sasso, en Italia. Está situada en las entrañas de la montaña Gran Sasso, un macizo de los Apeninos.

El laboratorio de Gran Sasso, es el centro de búsqueda subterráneo más grande en el mundo. Está situado bajo la montaña Gran Sasso, en Italia
El laboratorio de Gran Sasso, es el centro de búsqueda subterráneo más grande en el mundo. Está situado bajo la montaña Gran Sasso, en Italia

Las instalaciones han sido diseñadas para tener la certeza de que otras partículas, diferentes a las que se desea detectar, no interferirán mucho con el experimento. La materia oscura sí atraviesa la montaña, por lo que serían esas las condiciones ideales para intentar detectarla. «Cuenta con un tanque de más de tres toneladas de xenón en estado líquido sometido a un campo eléctrico. Si un una partícula de materia oscura diera con uno de los átomos del tanque, el átomo recularía y emitiría electrones y luz. A eso se lo llamaría un «evento», explica el físico.

Los investigadores que trabajan en el Laboratorio de Gran Sasso se han encontrado recientemente con una anomalía que ahora mismo mantiene todos los escenarios abiertos, sin descartar ninguno, incluso la posibilidad de haber dado con una partícula de materia oscura. «Luego de la recolección de datos, los científicos estimaban que detectarían una serie de 232 eventos, que corresponderían a otros procesos, más convencionales, que producirían el mismo fenómeno en el detector. Para su sorpresa, detectaron 285. Es decir, 53 más que los esperados. Este exceso de eventos, en efecto, puede deberse a la detección de una nueva partícula jamás antes observada, una que interacciona débilmente con la materia ordinaria, y esa posibilidad es excitante», confiesa.

Hay otras explicaciones que pueden justificar lo que los científicos han registrado. El siguiente paso es corroborarlo. Mientras tanto, la ciencia contiene el aliento ante la posibilidad de haber encontrado algo completamente desconocido y que encaja con la materia oscura. «Si las partículas que componen la materia oscura interactúan débilmente con nosotros, es probable que en las próximas dos décadas sepamos de ellas. Pero cabe también la posibilidad, angustiante para muchos colegas, de que la materia oscura solo interactúe con nosotros a través de la gravedad y no mediante otra fuerza de la naturaleza. Si así fuera, jamás la detectaríamos en la Tierra y para saber de ella solo nos queda mirar al cielo», concluye.