Los contagiados en la cena de Madrid son de Santiago, Cangas y Vilagarcía

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

MARCOS MÍGUEZ

La comunidad capitalina ha reportado cinco contagios y 61 contactos

18 jul 2020 . Actualizado a las 20:07 h.

El miércoles, la Comunidad de Madrid dio a conocer que se había producido un brote de cinco personas en una cena de amigos. Según la información oficial, ocho jóvenes habían compartido una velada y se habían registrado dos casos en Madrid y tres en Galicia. El brote lo declaró la comunidad capitalina porque los primeros casos se originaron allí y es el lugar donde se produjo el contagio.

Los jóvenes gallegos que dieron positivo en la prueba del coronavirus son de Santiago, Vilagarcía y Cangas do Morrazo, según confirman fuentes sanitarias. Permanecen aislados en sus domicilios y cursan la enfermedad leve. En un primer momento se identificaron hasta 61 contactos de los contagiados para hacerles el seguimiento por si acababan desarrollando síntomas.

Hay contactos de los casos en Galicia, Castilla y León, País Vasco, Cataluña y Andalucía.

Tres aviones han aterrizado en Galicia con un caso de coronavirus y han generado otros dos contagios

El transporte público está siendo una de las principales puertas de entrada del covid en Galicia

Ángel Paniagua

El transporte público está siendo una de las principales puertas de entrada del coronavirus en Galicia. En lo que va de mes, al menos tres aviones han aterrizado en la comunidad con un enfermo de coronavirus, según confirman fuentes sanitarias. Dos de los vuelos procedían de Madrid y aterrizaron en Vigo, y otro hizo la ruta Barcelona-Santiago. Los pacientes dieron positivo después de llegar y, cuando los sanitarios hicieron el rastreo de contactos, descubrieron que habían viajado en avión.

Son, pues, tres casos de covid-19 llegados en avión, pero se han convertido en cinco. De esos tres casos hay uno en Vigo, otro en Cangas y otro en A Coruña. El de Vigo ha producido un contagio local y el de Cangas también, en ambos casos a familiares. No se considera un brote hasta que aparecen tres casos vinculados.

A ellos se suman el que llegó a Vigo en autobús procedente de Madrid e ingresó directamente en la uci del Cunqueiro -donde sigue- y la que vino en tren desde Barcelona, también a Vigo, que está en aislamiento domiciliario.

Siempre que una persona da positivo se inspeccionan todos los contactos estrechos que ha tenido desde dos días antes a la aparición de síntomas. Cuando ha viajado en avión, tren o bus, se establece un perímetro de dos asientos ubicados a su alrededor -el pasillo, si lo hay, cuenta como asiento- y todas las personas que quedan dentro se consideran contactos. Por eso el número de aislados suele ser similar siempre, y ronda las catorce personas. Todas ellas tienen que permanecer en aislamiento domiciliario durante dos semanas.

En principio, a esas personas no se les hace la prueba hasta que presentan síntomas. Pero hay casos que son fronterizos, porque la sintomatología del covid-19 es muy variada (desde dolor de garganta hasta fiebre, pasando por falta de gusto o de olfato, tos) y porque cada caso es un mundo (una persona que tiene dependientes a su cargo, una embarazada, alguien que trabaja con personas vulnerables). Así que al final se acaban haciendo pruebas PCR. 

Además, está el confinamiento en sí a los contactos de casos. Durante catorce días no pueden salir de sus casas, pero a veces esa medida se relaja y si pasan diez días sin ninguna manifestación clínica, se puede hacer una PCR y liberar a la persona del aislamiento, que nunca se llega a considerar caso, sino contacto de caso.

En los aeropuertos, estaciones de tren y de autobús, así como dentro de cada vehículo, es obligatorio el uso de mascarillas, pero la distancia social es imposible. Ayer mismo, un pasajero de Vigo a Madrid relataba cómo hacía cola para subirse al avión y los pasajeros iban pegados, mientras que no había apenas marcas de seguridad en el suelo que invitasen a mantener la distancia. Al aeropuerto entran solo los pasajeros, salvo casos excepcionales, pero fuera de la terminal se aglomera la gente que se va a ir de viaje y la que ha llegado.