Xavier Fonseca
En este 2020 tan atípico solo faltaba que se sumara un cuerpo astronómico llegado del espacio exterior. Ningún asteroide amenaza la supervivencia de la vida en la Tierra, pero recientemente ha surgido en el cielo un invitado inesperado: el cometa Neowise. En la antigüedad estos objetos eran interpretados como el anuncio de un desastre. En el pasado sería considerado como el responsable principal de la pandemia del coronavirus. La ciencia superó esta fase de superstición hace siglos gracias al trabajo del astrónomo inglés Edmund Halley.
La comunidad científica lo detectó por primera vez el pasado mes de marzo con un telescopio de la NASA que se dedica a la búsqueda de este tipo de cuerpos celestes. «Hay una gran cantidad de cometas que conocemos porque vuelven con cierta periodicidad. Es el caso del famoso Halley, que nos visita cada 76 años. Pero también hay una gran cantidad que desconocemos, bien por que hace mucho que pasaron o porque cuando se aproximaron nadie los observó. Es el caso del Neowise, que tiene un período de 6.700 años. No regresará, por tanto, durante milenios», avisa el astrónomo Borja Tosar.