La reapertura de los puntos de información turística de la comarca ha motivado un aluvión de llamadas telefónicas y correos electrónicos que demandan información sobre alojamientos, seguridad y actividades para practicar en la zona.
Desde el recién inaugurado punto de información de Vilanova, ubicado junto al paseo marítimo, Ángeles Torres, encargada de las oficinas, lo tiene claro: « Este año, más que nunca, recibiremos mucho turismo nacional». Tendencia que nos confirma una familia asturiana de enfermeros que elige este municipio para dar un paseo matutino: «No es la primera vez que veraneamos aquí. Nos gusta venir porque es una zona muy tranquila y agradable». También nos dan algún consejo sobre higiene y seguridad: «Estamos en un apartamento en Portonovo y seguimos exactamente las mismas medidas de seguridad que ya tomábamos en casa».
Precisamente, desde el punto de información de Vilagarcía aseguran que este año habrá un repunte en el alquiler de apartamentos vacacionales, lo que hace que los visitantes vengan a la zona por un período de tiempo más largo: desde nueve días hasta, incluso, un mes.
Códigos QR
Para evitar las aglomeraciones en las oficinas, Vilagarcía estrena un callejero que funciona a través de un código QR, que permite el acceso a información sobre lugares de interés, itinerarios y gastronomía en la zona.
Las precauciones que toman los arousanos parece ser un factor añadido a la hora de elegir O Salnés como destino vacacional. Así lo constata una pareja procedente de Alcalá de Henares que paseaba por A calzada en Cambados este viernes: «Valoramos la responsabilidad que tiene la gente de aquí, además de la poca aglomeración que hay, comparado con Madrid, claro». A pocos metros, en la oficina de turismo, explican que la pregunta más frecuente se refiere al aforo de las playas y a si es necesario reservar plaza. Silgar es la única en la que, tanto vecinos como turistas, se van a encontrar con el arenal parcelado.
La apertura de fronteras, espacios y recintos es, todavía, reciente, pero en el ambiente flota cierta positivismo: «Nos lo esperábamos peor y aunque por ahora vamos a cuentagotas, no va tan mal como pensábamos», confirman desde Cambados.