La británica fue detenida y está acusada de colaborar en la trama de abusos
03 jul 2020 . Actualizado a las 17:11 h.Ghislaine Maxwell, expareja del magnate acusado de abuso de menores Jeffrey Epstein, es ahora la cara visible de la supuesta trama liderada por el hombre que se suicidó en la cárcel hace casi un año.
Maxwell, de 58 años, fue detenida este jueves en una lujosa propiedad de New Hampshire, Estados Unidos. Llevaba meses desaparecida y estaba siendo buscada por la justicia. La socialité británica está acusada de cuatro delitos relacionados con su «papel» en los abusos, y dos de falso testimonio tras «mentir repetidamente» ante el tribunal de Nueva York en 2016.
«Maxwell atrajo a chicas menores, hizo que confiaran en ella y entonces las envió a la trampa que ella y Epstein habían preparado. Pretendió ser una mujer en la que ellas podían confiar. Todo esto mientras las estaba preparando para ser abusadas sexualmente por Epstein y, en algunos casos, por ella misma», detalló la fiscal Audrey Strauss.
Según la acusación, entre 1994 y 1997, Maxwell actuó como la madame de Jeffrey Epstein. Tenía un método. Buscaba a las jóvenes, generalmente con pocos recursos económicos, establecía un vínculo emocional con ellas. Las llevaba de compras, al cine y las animaba a aceptar regalos del magnate. Les pagaban viajes y estudios y así se sentían en deuda. Una vez entraban es esa espiral, Maxwell pasaba al segundo paso: normalizar el tema sexual, un proceso de preparación conocido como «grooming» en inglés . «Hablaba de temas sexuales con ellas, se desvestía delante de las chicas, estaba delante cuando ellas se quitaban la ropa. La presencia de Maxwell como adulta las hacía sentirse tranquilas», según la acusación. Muchas de esas jóvenes tenían menos de 18 años, una de las víctimas tenía 14 en el momento en el que conoció a la pareja. Según el documento de imputación, en cuestión de un año, Epstein comenzó a abusar de ella con la participación de Maxwell en «masajes sexualizados grupales».
La hija del empresario editorial británico Robert Maxwell, además, negó todas las acusaciones en un litigio civil en Nueva York hace cuatro años.
La acusada tiene tres pasaportes, más de 20 millones de dólares en sus cuentas bancarias e importantes conexiones internacionales, por lo que ya han advertido sobre su «riesgo de fuga extremo».
Tras la detención de Maxwell, la fiscalía ha vuelto a insistir en pedir la declaración del príncipe Andrés, amigo cercano de la británica. Él asegura que sigue «desconcertado» y que se ha comunicado con el departamento de Justicia dos veces.
