El presidente admite que tenía que haber confinado el país «una semana antes»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

Pedro Sánchez confía en agotar la legislatura pese al «acoso y derribo» del PP

03 jul 2020 . Actualizado a las 08:56 h.

Pedro Sánchez admitió ayer que su Gobierno llegó «tarde» a la hora de contrarrestar la crisis del coronavirus, pero puntualizó que esta conclusión solo puede extraerse una vez que se conoció el impacto real de la pandemia. Justificó así la ausencia de acciones del Ejecutivo en las dos primeras semanas de marzo en base a los datos que se tenían hasta la fecha. «Llegamos cuando teníamos que llegar», afirmó.

Además, recalcó que se trató de un asunto global que, en mayor o menor medida, acabó sacudiendo a todos los países del mundo, destacando que España fue uno de los primeros en decretar el estado de alarma, aunque volviendo a admitir que tendría que haber recurrido al artículo 116 de la Constitución al menos «una semana antes», con lo que se hubiera suspendido la manifestación feminista del 8M, el mitin de Vox, las actividades deportivas y el resto de eventos multitudinarios que tuvieron lugar el primer fin de semana de marzo. 

El presidente del Gobierno ofreció ayer una entrevista a La Sexta en la que abordó la gestión del Ejecutivo ante la crisis sanitaria. Sánchez fue cuestionado por el baile de cifras de muertos y contagios por covid-19 que fue aportando el Ministerio de Sanidad, uno de los principales caballos de batalla que emplea la oposición para criticar la actuación del Gobierno. Respondió que en todo momento el comportamiento del departamento dirigido por Salvador Illa fue «absolutamente transparente», admitiendo que el balance real de fallecidos a consecuencia del coronavirus no podrá realizarse hasta que pase la pandemia, momento en el que se comprometió a impulsar un estudio «riguroso y sosegado».

A este jueves, el número oficial de muertos en España por covid-19 es de 28.368, una cifra en la que están representados todos los fallecimientos a los que previamente se les diagnosticó la enfermedad mediante una prueba de tipo PCR; sin embargo, tal y como recogen varios marcadores oficiales, el país sufre una sobremortalidad respecto a otros años que elevarían la cifra real de muertos por encima del umbral de los 40.000.

Crítico con el papel del PP

Sánchez se mostró muy crítico con el papel jugado por el principal partido de la oposición durante todo este tiempo. Una de las últimas críticas del PP se centra en el «coladero de Barajas», un término con el que cuestionan el elevado riesgo que conlleva la entrada de turistas extranjeros al país sin la obligatoriedad de hacer pruebas diagnósticas. El líder socialista recordó que cuando se paralizó la actividad económica le acusaron de todo lo contrario: «Entonces éramos unos timoratos, y ahora unos temerosos», ironizó. El jefe del ejecutivo enmarcó estas acusaciones como parte de la campaña de «acoso y derribo» que, a su modo de ver, efectuó la oposición para intentar derrocar al Gobierno valiéndose de la pandemia.

Sánchez exceptuó a Ciudadanos, que en las últimas semanas ha experimentado un acercamiento a Moncloa, considerando el movimiento de Arrimadas como «inteligente» al entender que trata de ocupar el espacio político abandonado por el PP en el tablero por «mimetizarse» a Vox. Los naranjas pueden jugar un papel clave en la aprobación de los Presupuestos, que confió en tener aprobados a final de año y que sin duda serán claves para la continuidad de una legislatura a la que, una vez más, Sánchez volvió a augurar «cuatro años» de vida.