A falta de que lo confirme la Organización Meteorológica Mundial se trata de la temperatura más alta resgistrada en la historia
22 jun 2020 . Actualizado a las 13:33 h.Lo que está pasando en el Círculo Polar Ártico no es nuevo. Las anomalías se remontan a comienzos del 2020. Desde enero, la media de temperatura ha estado muy por encima de los valores habituales en esa zona de la Tierra, sobre todo en pleno en invierno. En Moscú la anomalía incluso llegó marcar hasta ocho grados, la más elevada que se ha medido en la historia en cualquier parte del mundo. Los rusos ya se refieren al 2020 como «el año sin invierno». El gobierno de Putin temía que las altas temperaturas acelerase e intensificase el calentamiento del permafrost, que está generando enormes daños en el país. Y el desastre, efectivamente, llegó. El 29 de mayo una central hidroeléctrica vertía 21.000 toneladas de hidrocarburos generado un desastre ambiental en el país. La fusión del suelo congelado provocó que las estructuras físicas se desestabilicen y puedan romper los depósitos.
Las altas temperaturas no solo se han mantenido, sino que se han aumentando en zonas de Siberia. Este pasado fin de semana el termómetro en la localidad rusa de Verjoyansk, uno de los lugares más fríos del planeta alcanzó los 38 grados. Si la Organización Meteorológica Mundial lo confirma sería la temperatura más alta jamás registrada dentro del Círculo Polar Ártico.