El 40 % del suelo de España está amenazado por la desertificación debido al aumento del regadío

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

Plantación de almendros en Aragón
Plantación de almendros en Aragón Europa Press

Ecologistas en Acción resalta el rápido desarrollo de superficies de olivos, viñedos o almendros, cultivos de secano que se convierten en regadío para producir más

17 jun 2020 . Actualizado a las 08:44 h.

Según la organización Ecologistas en Acción, el 40 % del suelo de España está amenazado por la desertificación debido a las «insostenibles políticas de aumento continuado de regadío y la intensidad de la producción agraria en los regadíos orientados a la exportación de alimentos», señala en un comunicado.

La organización denuncia el aumento del regadío de «cientos de miles de hectáreas de cultivos leñosos de secano que degradan los suelos, provoca su erosión y la escasez de agua en los ríos y acuíferos». Actualmente hay registradas más de cuatro millones de hectáreas regadas, según datos de los planes hidrológicos vigentes. La organización destaca el rápido aumento de las superficies regadas de olivos, viñedos y almendros, cultivos tradicionalmente de secano, pero que con el objetivo de incrementar la producción ahora se ponen a regadío. Una «amenaza» para la calidad del suelo y la disponibilidad de agua en regiones como Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura, donde hay una «creciente escasez de agua», apunta.

La agricultura sostenible en las diferentes regiones es clave para la conservación de los ecosistemas acuáticos y suelos fértiles, ambos imprescindibles para garantizar la biodiversidad y la vida de las personas.

Los ecologistas también lamentan que no pare de crecer la demanda de agua para la agricultura intensiva que produce una reducción del volumen de agua que circula por los ríos y alimenta los acuíferos. Según el informe de la organización, debido a la incidencia del cambio climático sobre los recursos hídricos en España y la evolución de las demandas hay aproximadamente un 20 % menos de recursos hídricos de los que se disponían a principios de la década de los noventa.

Con esa coyuntura, es previsible que se produzcan situaciones de «colapso hídrico y medioambiental». Según estos ecologistas, los planes especiales de sequía para hacer frente a los escenarios tampoco introducen mejoras en la planificación y gestión del agua y, por ello, insta a poner freno a la demanda de agua para regadío, incrementar el uso eficiente del agua, el fomento de cultivos sostenibles y la reducción de la superficie dedicada al regadío. Aboga por la reconversión de parte del sector agrícola de forma progresiva, con el apoyo de las administraciones públicas.