El comercio local ve ralentizado el consumo inicial de la desescalada

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Sandra Alonso

El sector asegura que está echando en falta a los clientes de los concellos próximos

14 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Las principales agrupaciones de comerciantes de la ciudad coinciden en que el sector está aún lejos de normalizar la situación. Aseguran que, tras la buena respuesta que obtuvo el sector en los primeros días de apertura, las ventas se han ralentizado. «Ahora se ha equilibrado el ritmo y hay poco movimiento de compras», comenta Delmiro Prieto, de Santiago Centro. Ese diagnóstico lo corrobora José Antonio Seijas, de Punto Comercio Compostela. Sostiene que «en los primeros días hubo ventas de clientes habituales de Santiago que acudieron a comprar, pero pasadas las primeras jornadas las ventas comenzaron a caer». José Bello, de Compostela Monumental, se muestra rotundo en su análisis: «En el casco histórico no es rentable abrir antes del 1 de julio».

José Bello se pregunta qué piensan ahora los que «hablaban de turismofobia. Estarán deseando que lleguen los peregrinos y los turistas». Considera que «Santiago está cerrado por obras, como la Catedral, y hasta que se abran las fronteras no habrá recuperación». Al igual que Bello, Seijas cree que la recuperación en el casco histórico es «más lenta que en otras zonas de la ciudad, debido a su total dependencia del turismo». El portavoz de Punto Comercio Compostela también señala que el centro comercial de As Cancelas «no arranca», y achaca la situación a que se trata de un espacio de ocio, de juegos y de restauración en el que, pese a las grandes medidas de seguridad, no consigue atraer a la gente. De las tres principales zonas comerciales de la ciudad, el Ensanche es, en opinión de Seijas y Prieto, el que está en mejor situación, sin que llegue todavía «a ser óptima».

Los compradores que no llegan

Una de las razones de la ralentización en la recuperación del comercio estaría en que los clientes del área de influencia de Santiago no se han desplazado a la ciudad para realizar compras. «Somos 97.000 habitantes en Santiago, y solo con ellos no vive el comercio. Los de fuera, los del entorno, no vinieron aún a comprar». Delmiro Prieto comparte la tesis de que la gente de la periferia no ha salido de sus municipios. «Se ven movimientos para el ocio, pero en el resto de los sectores se impone la prudencia», afirma.

Las razones pueden ser diversas, pero el portavoz de Santiago Centro aprecia un «cambio de hábitos en el consumo. Se insistió en la compra de proximidad, y puede que la gente esté realizando sus compras en sus localidades». Aunque también cree que detrás de la ralentización de las ventas podría estar «un cambio hacia compras más responsables y no por impulso. El coronavirus marca un antes y un después en los hábitos de consumo, que parecen estar marcados por la prudencia», observa.

Los portavoces del sector comparten en que la apertura de las fronteras será el punto de inflexión para la recuperación. Bello insiste en que Galicia es un «destino seguro, y las cifras lo avalan. Soy realista, pero quiero se optimista. Habrá recuperación».

Confían en retrasar las rebajas ante el compromiso de anular la apertura del primer domingo

José Antonio Seijas, que también forma parte de la Federación Gallega de Comercio, confía en que se materialice el compromiso alcanzado con la Xunta para que se anule la apertura del primer domingo de rebajas de verano, previsto para el 5 de julio. Tras mantener conversaciones con los responsable de la Dirección Xeral de Comercio, Seijas considera que este acuerdo permitiría un ajuste en la campaña estival que, asegura, «ahora mismo es indispensable para el sector». El presidente de Comercio Punto Compostela advierte que los negocios, especialmente los de textil y calzado, tienen toda la mercancía de la temporada primavera-verano en los almacenes sin vender. «Hay que pagarla, y no se puede saldar». Subraya en ese sentido que el parón de tres meses «nos deja una enseñanza nueva, y es que hay que cambiar los hábitos. La mercancía no se puede comprar con tanta antelación». Seijas espera que el comercio no adelante las rebajas: «Salvo que los grandes rompan la baraja, lo que nos arrastraría a todos, creo que tardarán en llegar este año».