Santiago Rego: «Esta crise nubrou a nosa época de produción do ano»

María Cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Santiago, junto a algunas de sus vacas de raza rubia galega en una de las fincas que tiene en Mazoi
Santiago, junto a algunas de sus vacas de raza rubia galega en una de las fincas que tiene en Mazoi

A este ganadero lucense el estado de alarma le pilló con unos ocho becerros a punto de sacar al mercado

07 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La primavera suele ser una buena época para los productores de carne de ternera. Tras pasar la época del cocido, en la cesta de la compra suelen florecer los bistés, las chuletas, los entrecots o los cortes para el churrasco. Pero este 2020, «a crise nubrou a nosa mellor época do ano». Lo dice Santiago Rego, un productor de ganado de raza rubia inscrito en la IXP Ternera Gallega y que identifica sus terneros bajo el sello de Suprema. A él, como al medio centenar de ganaderos que forman Gandeiros Galegos da Suprema, el coronavirus covid-19 lo pilló en un momento con animales a punto de comercializar. Santiago contaba con unos ocho para sacar al mercado durante esas semanas.

Pero la hostelería cerró, las parrilladas en familia se suspendieron y, con esa excusa como bandera, los precios del kilo canal se desplomaron: «Agora están máis ou menos un euro por debaixo do que adoitaban ir nesta época». Él sacó los becerros de la granja, pero por cada uno obtuvo unos 400 euros menos de lo que hubiera ganado con los precios del 2019: «Deixei de gañar en torno aos 3.000 euros», dice. Pero no importa como esté el mercado, porque en una granja de vacuno, igual que en una de pollos, de conejos o de cabras, hay que continuar trabajando. Hay que controlar los partos y que no les falte de nada en el campo.

No hizo ascos a hacerlo, a arrimar el hombro. Porque había que estar para que los lineales de los supermercados no quedaran desabastecidos, pero con lo que no está conforme es con ver cómo a ganaderos como a él, a los que calificaron de sector esencial, no parecen hacerles mucho caso cuando se trata de ganarle la partida a las caprichosas leyes del mercado que mantienen los precios de su producto en la tienda, incluso hay quien los sube, mientras los productores reciben cada vez menos. «Estámoslles moi agradecidos aos consumidores porque escollen produtos de aquí, de calidade. Eles non teñen a culpa do que esteamos cobrando nós polos becerros. Pero tamén terían que repercutirlles a eles a nosa baixada de prezos, algo que non está pasando».

No solo son los precios lo que nubla el futuro de los ganaderos: «En medio de todo isto tamén chegaron esas noticias de Bruselas de que parece que nos queren recortar as axudas da PAC».

A Santiago le choca eso porque granjas como la suya son sostenibles. Los animales viven bien, están al aire libre. Rumiando hierba. Santiago cuenta todo esto desde su explotación, ubicada a escasos kilómetros de Lugo.

Allí cuida a sus animales, como hacían los ganaderos gallegos hace años. Del mismo modo. Defendiendo el manejo tradicional y dejando a los terneros mamar de sus madres. Haciendo caso, en definitiva, a la naturaleza.