Alfonso Salgado Durruti: «Los que salen a lo loco no lo harían si hubieran pasado el virus»

Tania Taboada LUGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Durruti, policía local desde hace 33 años, ya se ha reincorporado al servicio
Durruti, policía local desde hace 33 años, ya se ha reincorporado al servicio Óscar Cela

Este policía local de Lugo, que estuvo afectado por el coronavirus, advierte de los riesgos que aún persisten

07 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En sus 58 años de vida, que cumplirá mañana, este policía local de Lugo y padre de familia, Alfonso Salgado Durruti, no sabía lo que era estar ingresado en un hospital, hasta el pasado 7 de abril. Ese martes de Semana Santa, una ambulancia acondicionada para trasladar a pacientes de covid-19 lo recogió en casa después de que él mismo contactara con el 061 al encontrarse totalmente indispuesto.

Ya estaba en cuarentena porque compañeros de su turno dieron positivo en coronavirus. «Pero no pensaba que estuviese infectado, porque no tenía los síntomas propios del virus. No tenía tos ni fiebre. Me dolía la musculatura y sobre todo las piernas, pero estuve seis días paliando el dolor con ibuprofeno. Esto hasta que no pude más y llamé al 061». Le dolía hasta ponerse una camiseta, «era como si me pusiera una coraza». Durruti explica que los síntomas no eran los de una gripe normal y que el cuerpo solo le pedía cama.

Sin saber lo que iba a pasar, ingresó en el HULA, en un escenario amedrentador y acompañado tan solo de su tarjeta sanitaria, el teléfono móvil y un cargador. En el domicilio se quedaron su esposa y su hijo, de 15 años. «Me hicieron la prueba del covid-19 y di positivo con neumonía. Estuve ingresado una semana, y aislado. A la vez, mi mujer y mi hijo estaban en cuarentena en casa porque ya los dieron como posibles positivos. Es una experiencia muy desagradable, porque te ves aislado entre cuatro paredes y sin poder recibir visitas. Son muchas horas encerrado y le das muchas vueltas a la cabeza porque no sabes qué va a pasar», cuenta este policía local, que fue el único agente de la comisaría lucense ingresado por este motivo y que vivió tres cuarentenas. «Nos pusieron en cuarentena al dar positivo compañeros de mi turno; luego en el hospital y después en casa», recuerda.

Ahora, totalmente recuperado e incorporado al trabajo, solo tiene palabras de agradecimiento para su familia, amigos, vecinos y todos sus compañeros de trabajo. «Es una situación dura, pero en la que ves el cariño de la gente. Vecinos con los que tenía poca relación se volcaron con nosotros. También, la familia y los compañeros de trabajo. Mi jefe, en particular, me llamaba todos los días y su gestión fue crucial para que no hubiera más contagios y para que Lugo no se quedase sin Policía Local», asegura. Tras esta dura experiencia, Alfonso afronta la situación con respeto y le enfada ver a la gente por la calle como si nada pasara. «Si los que salen a lo loco pasaran el virus, no actuarían así», concluye.