«La mascarilla en la discoteca será obligatoria; si quieres pegarte el lote, hazlo en casa»

Noelia Silvosa
NOELIA SILVOSA REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Interior de la discoteca Pelícano, en A Coruña.
Interior de la discoteca Pelícano, en A Coruña.

Luis Diz, presidente de Galicia de Noite, asegura que el sector se tomará muy en serio las medidas: «Será mucho más seguro ir a un local nocturno que estar en la calle o en una terraza»

11 jun 2020 . Actualizado a las 16:33 h.

El sector del ocio nocturno gallego, como el del resto del país, se llevó un chasco en cuanto se publicó el BOE que regula la fase 3. El documento reveló que el Gobierno había rectificado su intención de dejar que los locales de copas y las discotecas reabrieran sus puertas a partir del 8 de junio. Una noticia que cayó como un jarro de agua fría entre los profesionales. «Este sector ha sido históricamente criminalizado», apunta Luis Diz, el presidente de Galicia de Noite -la entidad que lo aglutina a nivel autonómico- y también gerente del grupo Pelícano, que añade: «Vamos a aplicar unas medidas estrictas, porque estamos viviendo una pandemia. Le diremos a la gente, ¿tú quieres salir? Perfecto, pero vas a salir con nuestras normas. Lo que nos importa es garantizar la seguridad del cliente y de nuestro personal». El empresario no esquiva ninguna cuestión.

-¿Cómo encaja el sector la rectificación del BOE y la incertidumbre en cuanto a la fecha de reapertura?

-Estamos en un momento en el que no sabemos adónde ir, no tenemos ningún tipo de información. Nos sacaron de la fase 3 sin ningún tipo de justificación. Llevamos como mes y pico negociando la asociación a nivel nacional, España de Noche, con el Ministerio de Turismo y el de Sanidad, y hemos desarrollado una guía de medidas higiénico sanitarias para tener un protocolo para la reapertura de los locales de ocio nocturno. Somos el único gremio que ha creado un protocolo para su reapertura, porque a otros sectores se lo ha hecho el Ministerio de Sanidad o, en su caso, el de Turismo. Pero nosotros, como ya veíamos que no había mucho interés y que este es un sector históricamente criminalizado y que no está bien visto a nivel político, veíamos que nos iban a dejar de lado. Entonces, como en nuestra asociación hay varios médicos que son empresarios, se desarrolló esa guía. La guía se aprobó por el Ministerio de Turismo, por el ICTE. Concretamente ayer, aproximadamente a las 22 horas, el Ministerio de Sanidad la subió a su página web y la oficializó, por decirlo de alguna forma. Además, en estos últimos días, nos filtraron que era muy probable que nos dejaran fuera de la «nueva normalidad». No te puedes ni imaginar el nerviosismo que hay en el sector.

-¿Por qué cree que el Gobierno les deja ahora fuera de la fase 3?

-Aquí parece que los empresarios somos unos tiburones, que lo único que nos importa es ganar pasta, que nos da igual la salud de las personas... Lo que no se valora es que hemos sido los primeros en crear una guía de protección con unas medidas muy estrictas, detalladas y marcadas. Tú compara un local nocturno que aplica esa guía con lo que puede ser el metro, o una terraza que están siendo un desmadre, o un botellón. También las fiestas privadas en una casa, donde no hay ningún tipo de medidas de seguridad ni de control. Nosotros lo único que pedimos es que nos dejen abrir con esas medidas, y lo que nos estaban filtrando es que nos iban a dejar fuera o, por lo menos, que no podríamos abrir hasta septiembre. Piensa en nuestro personal. Nosotros en el grupo Pelícano tenemos casi 300 empleados entre la discoteca y el grupo Playa Club, Moom y demás locales. Entre ellos, hay gente que estaba ganando un salario de entre 1.200, 1.300... 1.400 algunos. Esas personas están ganando en estos momentos 350 euros al mes porque les cogen el contrato de horas de una de las sociedades, cuando ellos normalmente trabajan para varias sociedades, y les pagan solo por la sociedad que toman en lugar de la acumulativa, que es la que tendrán que aplicar por ley. Esto solo un ejemplo de lo que está pasando en el mundo de la noche y de la desesperación de mucha gente.

«El del ocio nocturno es el único gremio que ha creado un protocolo para su reapertura»

-Pelícano tiene espacio y escenario para conciertos, algo poco frecuente en una discoteca. ¿Cómo se rigen este tipo de eventos que combinan discoteca y espectáculos?

-Sí, y de hecho ya estábamos desarrollando una idea. A Coruña iba a ser el espejo a nivel nacional. Pelícano tiene un montaje importante en ese aspecto, que nos permite desarrollar actividades muy potentes. Estábamos negociando con la SGAE hacer un concierto limitado en aforo, para unas 200 personas, cuando el aforo legal de la discoteca es de tres mil. Pero no nos han dejado hacerlo, se cayó todo y no pudimos hacer la prueba piloto, que iba a valer como referencia para toda España. Los artistas son los primeros que quieren empezar a trabajar, y evidentemente aquí tenemos una cosa muy importante: tenemos que proteger la salud de nuestros empleados y de nuestros clientes. Está claro que sin unos, los otros no podemos vivir. Es una premisa la de proteger la salud de ambos. Ahora, si yo te digo que voy a tomar unas medidas de seguridad higiénico-sanitarias, que las voy a implantar y no me las dejas activar, lo único que me estás haciendo es criminalizarme. Decirme: es que sois un desastre, un caos... Un caos es que se junten mil chavales haciendo un botellón. Eso sí que es un caos. Sin mascarillas y sin nada.

-De hecho su asociación acusó al Ministerio de Sanidad de fomentar las raves y el botellón frente a un ocio juvenil controlado. 

-El ejemplo lo tienes en casos como el de O Son do Camiño. A ese festival, tú cuando vas te sientes segura, porque a ese evento le han exigido hacer un plan de autoprotección, de riesgos... Tú sabes que si pasa algo allí, aunque haya gente, te sientes segura. La calle, como está pasando ahora, no es segura. Yo tengo locales con terraza y cafeterías, y es un desmadre. Aunque tenemos las sillas y las mesas marcadas, tenemos que actuar como policías. Y un camarero no puede actuar como un policía. Por eso no es lo mismo en una discoteca, que hay un controlador de acceso, que ya es su trabajo y para eso están. No es lo mismo tampoco una declaración responsable de que voy a cumplir la normativa, que en este caso la tengo que hacer yo como empresario, y una auditoría interna del local de medidas higiénico-sanitarias. Y si no cumplo esa normativa, corro un riesgo de una sanción muy, muy importante. Yo quiero asumir eso porque sé que estoy capacitado para llevarlo adelante, pero no me están dejando. Queremos que nos expliquen por qué nos han sacado de esta tercera fase, que nos den un argumento consistente, y cuál es la idea de cara al futuro.

-En relación a lo que comenta del descontrol en las terrazas, es fácil observar cómo a medida que aumenta el consumo de alcohol se va reduciendo también la distancia de seguridad entre la gente. ¿Por qué no ocurrirá en una discoteca?

-Y yo te digo que es cierto, pero también te digo otra cosa. Ponte en una fiesta que hacemos en casa con 25 amigos. Evidentemente, con 25 amigos no va a haber mascarillas ni va a haber distancia de por medio. Eso es un foco de contagio, conque una sola persona asintomática, pueden salir otras 24 contagiados. Ahí no hay nadie que medie para imponer las medidas de seguridad. Y ahí consumimos alcohol también, nos desinhibimos igual, y sin medidas higiénico-sanitarias. Pero ahora te voy a llevar a la discoteca, y en la discoteca yo te voy a exigir que estés con mascarilla. Evidentemente, cuando vas a tomar la copa, te descubrirás para beber. Pero sí o sí, vas a tener que estar con mascarilla. 

«Un caos es que se junten mil chavales haciendo un botellón. Eso sí que es un caos. Sin mascarillas y sin nada»

-No es fácil controlar eso.

-Cuando la gente me pregunta, ¿pero cómo lo vas a exigir? Pues hace unos cuantos años salió una ley que es la ley antitabaco, y que todos los hosteleros nos echamos las manos a la cabeza. La mayoría de la gente fumaba y creímos que se nos había acabado el negocio. Pero al final, se consiguió que la gente no fumara dentro de los negocios. Hoy por hoy, si cojo una persona fumando un cigarro dentro del negocio, automáticamente tiene que tirarlo, al segundo. Si le cojo una segunda vez, tengo que invitarlo a salir. No hay más. Y en este caso hay que actuar así. Tenemos unas normas que son estrictas, por la integridad y la salud de las personas. Le diremos a la gente, ¿tú quieres salir? Perfecto, pero vas a salir con nuestras normas. Sabemos que eso nos va a penalizar, que vamos a perder un porcentaje importante de gente, pero no hay otra opción. Cuando venga alguien a la discoteca, tiene que venir con mascarilla. Si no la trae, se la doy yo, que para eso hemos hecho acopio y tenemos un stock de 20.000 mascarillas. Luego, los controles de acceso y en los baños para que no haya masificaciones. No vamos a cobrar ya en barra, sino que habrá un punto de venta... Todo para evitar posibles focos. No hay una garantía cien por cien de que no te puedas contagiar, porque no la hay en la calle ni en ningún sitio. Pero te garantizo que tendrás más seguridad que en una fiesta en una casa o en un botellón. 

-¿Qué hará el personal de sala si capta a una pareja besándose en la discoteca, por ejemplo?

-Para empezar, como decía antes, exigimos mascarilla a todo el mundo. Lo que está claro es que va a ser imposible que tú mantengas la distancia de dos metros entre personas, si te contase eso te estaría mintiendo, pero para eso exigimos la mascarilla. Si vas al metro de Madrid, tampoco los hay, y por eso se exige la mascarilla. Si vale para una cosa, también tiene que valer para otra, no me vale que vayas con copas o sin copas. Lo que sí te digo es que si se sacan la mascarilla, inmediatamente se les invita a salir del local. Y si van en pareja, tampoco se la pueden sacar. Si quieres pegarte el lote con tu pareja, hazlo en casa. O lo entienden, o lo entienden. Aquí lo primero es la salud de las personas, y tenemos que adaptarnos a salir de otra forma diferente a la de antes, al menos mientras no haya vacuna o un medicamento. Hay que seguir las medidas que indique el Ministerio de Sanidad.

-¿Y la cuadrícula en la pista?

-Eso está muy bien si la pista no la tienes marcada como tal. Si ya lo está con reservados vip o de alguna forma, no es necesaria. Pero para quienes no la tengan delimitada, está bien para separar un poco una zona de otra. De todas formas, no es eso lo que más se necesita en Galicia. Aquí lo más necesario es controlar los accesos donde se aglomera la gente, que la gente tenga muy claro cuáles son las normas que tiene que cumplir, limpiarse las manos con gel hidroalcohólicos, que en el ropero se embolsen las prendas, y control en el acceso a los baños, que las barras no estén masificadas en ningún momento, potenciar los vips para sacar a la gente de los puntos de más trasiego... Y, a la vez, exigir una limpieza extrema durante la sesión.

-¿Qué hay de los vasos desechables y de las pajitas?

-Es más higiénico meter la vajilla a lavar a 80 grados que el plástico, y luego hay que ir con pajitas orgánicas desechables. Además el Gobierno saca ahora una ley para retirar el plástico que me parece muy importante, y somos los primeros que hemos comprado material orgánico desechable. Te cuesta el triple una pajita orgánica, y ahí es donde tendrán que actuar para que el coste no se te multiplique. Pero bueno, esto tampoco va a cambiar la cuenta de resultados de una empresa.

«Si alguien se saca la mascarilla, inmediatamente se le invitará a salir del local»

-¿Habrá medición de temperatura?

-Yo soy contrario y estoy un poco en línea con el Gobierno. No sé hasta qué punto eso no choca con la ley de protección de datos. Por ejemplo, yo tengo varios amigos con cáncer y con un tratamiento de quimioterapia que a veces les hace tener fiebre. ¿Y tú les tienes que prohibir la entrada a un local porque tenga fiebre? Estás discriminando a una persona que no tiene covid por eso. Y el Gobierno no está muy por la labor. Para nosotros sería fácil poner una cámara de calor, pero considero que esos derechos que nos hemos ganado como personas, no deberíamos de perderlos ahora.

-Esa cuestión desató la polémica en Seúl, donde hubo un rebrote en cinco locales gays, porque el Gobierno no pudo localizar a miles de personas que se habían negado a revelar que habían acudido.

-Correcto. Además allí está muy estigmatizado. Eso aquí no va a pasar, de hecho allí ni siquiera exigían mascarilla en los locales y aquí sí vamos a hacerlo, porque es la medida más importante.

-Los pubs se van a ver perjudicados porque lo tienen mucho más difícil para aplicar estas medidas. Y si la gente bebe fuera, el problema será el de los ruidos.

-Claro. Ahora mismo hay mucho buenrollismo entre todos, entre los vecinos y los bares, porque los vecinos ven que lo estamos pasando mal. Pero en el momento en que pasen dos meses y la gente no pueda dormir en su casa, empezará a haber denuncias de contaminación acústica. Y eso es un delito penal, así que el buenrollismo se va a acabar en poco tiempo. Lo que hay es que tener control y cumplir con una normativa.

-Pero en muchas zonas, la noche se sostiene a base de esos locales pequeños. ¿Cómo aplicar el control en pubs que no disponen de personal ni de infraestructuras para ello?

-Esos bares podrán sobrevivir si evitan la sobrecarga de gente que los está masificando, porque entonces se les irá de las manos. Desde luego, es más difícil de controlar. Pero, ¿por qué la asociación a nivel nacional nos quiere coger como ejemplo? Primero, por infraestructura de empresas, somos de las más grandes y económicamente fuertes de España y A Coruña es un referente del ocio nocturno para todo el país; y segundo, porque llevamos años en esto y sabemos hacer las cosas. La gente se olvida, pero la ley del menor entró casi paralela a la del tabaco, y a las discotecas grandes les quitaron en aquel momento entre 1.500 y 2.000 personas aproximadamente, porque el público que iba a esas salas era de entre 16 y 18 años. Nos hemos adaptado siempre a las realidades que ha habido, y a esta también lo haremos. Hay una pandemia, y nos tenemos que adaptar. Tampoco podemos echarle un pufo al Gobierno. Nosotros no queremos guerras ni con el Gobierno ni con la Xunta, y después lo que no queremos es estar en el medio. Los empresarios tenemos que tomar la solución y saber qué hacer para que el personal y los clientes se sientan seguros. Y ser, más que nunca, profesionales.