La Catedral acogió la Misa Crismal que se pospuso en el Miércoles Santo por el covid-19

La Voz OURENSE

SOCIEDAD

Miguel Villar

Al acto acudieron en torno a 60 sacerdotes de la Diócesis de Ourense

05 jun 2020 . Actualizado a las 14:20 h.

Este jueves, la Catedral de Ourense recuperó el tiempo perdido y abrió sus puertas para celebrar la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. En ella, el clero diocesano renovó sus promesas sacerdotales y fueron bendecidos los óleos y consagrado el Santo Crisma por parte del obispo, Leonardo Lemos Montanet. Dado que no pudo realizarse en la Misa Crismal, que este año no se conmemoró en el Miércoles Santo debido a la epidemia de covid-19, se escogió esta fecha para hacerlo.

Además, se tuvo un recuerdo especial a los sacerdotes que celebran sus bodas de oro sacerdotales y que tampoco pudieron hacerlo, como es habitual, en la fiesta de San Juan de Ávila. Asistieron en torno a 60 sacerdotes de la Diócesis de Ourense que se situaron en los bancos de la nave central. 

En la homilía, Leonardo Lemos aludió al encierro de estas semanas por el impacto del coronavirus: «Después de estas largas semanas de confinamiento en las que nuestra actividad pastoral ha quedado reducida a su mínima expresión, todos hemos podido comprobar que la Iglesia es una realidad muy viva, más de lo que imaginamos y nos cuentan las estadísticas. Hemos sido conscientes cómo en las familias se vivió y celebró la fe, mostrando así que son una verdadera 'Iglesia doméstica'».