Manuel Sánchez: «Nunca nos han tratado ni mirado mal por venir de Madrid»

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

SOCIEDAD

CARMELA QUEIJEIRO

En enero dejó la capital y aterrizó en A Pobra para poner un negocio de motos, que acaba de abrir sus puertas

03 jun 2020 . Actualizado a las 09:42 h.

Empezar de nuevo. Eso era lo que querían hacer Manuel Sánchez Soler y su familia cuando, a principios de año, decidieron dar un cambio a su vida. La enfermedad de su madre hacía muy difícil que pudieran seguir en Madrid porque el clima y la contaminación no le venían nada bien, así que hicieron las maletas y se trasladaron a Barbanza. «Conocíamos la zona porque habíamos veraneado aquí, y nos pareció una buena idea montar el negocio. Hablamos con varios amigos que tenemos y nos decían que había cuota de mercado, ya que no existían muchos talleres por la comarca, y en A Pobra ninguno», recuerda el madrileño.

Pero antes de aterrizar en el municipio pobrense tenían que traspasar la empresa que hacía 22 años había fundado su padre en la capital de España, destinada también a la venta y reparación de motocicletas. En cuanto consiguieron comprador, se montaron en el coche y cogieron rumbo a Barbanza, donde pronto encontraron residencia y un local donde poner en marcha su nuevo negocio: Máximas Revoluciones. 

Un mes más tarde

Todo iba sobre ruedas hasta que se cruzó en el camino la crisis sanitaria del coronavirus, que impidió que pudieran abrir sus puertas en el plazo que tenían previsto. «Nuestras intención era que estuviéramos en funcionamiento a principios de abril, pero con todo esto tuvimos que esperar más de un mes», calcula Manuel Sánchez, que confiesa que la tramitación de todo el papeleo fue más rápida de lo que pensaba, teniendo en cuenta que todavía está vigente el estado de alarma. A todo ello se unió que el alquiler del local era «asequible, y también nos hicieron una reducción para ayudarnos a despegar, puesto que durante más de un mes estuvimos cerrados y sin tener ningún ingreso».

A mediados del pasado mes de mayo por fin podían levantar la verja de Máximas Revoluciones y, por el momento, «estamos muy contentos e ilusionados, están entrando bastantes vehículos para reparaciones y puestas a punto». De hecho, el buen tiempo de las últimas semanas ha contribuido a que muchos motoristas hayan decidido salir a pasear, y para ello quieren tener su moto en perfectas condiciones, por lo que no han dudado en conocer las nuevas instalaciones de este negocio. «La verdad es que tenemos muchos amigos que están confiando en nosotros y nos están ayudando».

El madrileño reconoce que todavía no están trabajando a pleno rendimiento, porque la pandemia ha provocado pequeños retrasos en la entrega de mercancía, y sobre todo de motos nuevas que quieren poner a la venta en su tienda de la calle Gasset. Considera que quizás esta no haya sido la mejor época para abrir un negocio, pero su intención es trabajar lo máximo posible para sacarlo adelante. «Después de un cambio tan grande, esperemos que el coronavirus no nos obligue a volver», espera.

La respuesta de los clientes le está dando muchos ánimos, algo que cree que también es debido a que «contamos con una experiencia de más de 22 años en este sector, y arreglamos motos de todo tipo». A todo ello se suma que nunca se ha sentido discriminado por no haber nacido en la comarca, sobre todo ahora que con la crisis sanitaria todo el mundo desconfía de los visitantes que llegan a A Pobra. «Nunca nos han tratado ni mirado mal por venir de Madrid y tampoco nos sentimos observados por ser de fuera», insiste Manuel Sánchez.