Inés Fernández, Erasmus en Polonia: «Todavía no sé cuándo ni cómo regresaré»

La Voz

SOCIEDAD

01 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Inés Fernández cursa tercero de Turismo en A Coruña. El 6 de febrero aterrizó en Polonia, en la Universidad de Gdynia, para completar el segundo cuatrimestre en el marco del programa Erasmus. Contaba con empezar el curso el día 10, pero por un error administrativo tuvo que esperar al 25, sin ocasión de conocer a sus nuevos compañeros en ese intervalo. Y a mediados de marzo empezó el confinamiento. Hasta el pasado fin de semana no pudo realizar ninguna excursión. Aprovechando la reapertura de hoteles y comunicaciones ferroviarias no dejó pasar la oportunidad de desplazarse a Varsovia.

En medio quedaron dos meses de aislamiento que ha llevado con buen ánimo: «En la residencia somos unos doscientos estudiantes y solo nos quedamos 29». Entre ellos, «tres de los seis amigos de Erasmus», con los que podía coincidir en las instalaciones.

Viendo que la situación sanitaria en Polonia estaba más controlada que en España, tuvo claro desde el principio que quería completar el cuatrimestre. Ahora llega el momento de ir poniendo punto final a la experiencia y le está costando cuadrar fechas y plan de viaje: «Todavía no sé cuando regresaré», admite.

Hace unas semanas le llegó un aviso de una iniciativa impulsada por varias universidades para organizar un viaje en autobús, supeditada a que se cubriesen las 25 plazas disponibles. No cuajó.

Los estudiantes españoles decidieron ponerse manos a la obra: «Creamos un grupo de WhatsApp con un documento en el que había que poner nombre, apellidos, DNI, universidad en Polonia y lugar de destino. Nos apuntamos 30, todos interesados en volver en autobús antes de finales de mayo. Lo enviamos el 17 de mayo al Servicio Español para la Internacionalización de la Educación, y no hemos recibido respuesta. Alguno ya cogió billete en un chárter que se organizó de Varsovia a Madrid, por lo que ya no somos 30».

Está buscando alternativas, entre otras, «viajar a Alemania e intentar coger ahí un vuelo». En la residencia no tiene fijada fecha de salida, pero tampoco puede demorar su estancia sine die. Lo que no le falla es el talante tranquilo ni la confianza en que acabará encontrando una salida.