Las recetas retiradas por pacientes de otras comunidades reflejan la movilidad durante la pandemia

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

SOCIEDAD

Farmacia de Pontevedra durante la pandemia
Farmacia de Pontevedra durante la pandemia CAPOTILLO

Cayeron en Madrid y en las islas, y se dispararon en las Castillas

16 oct 2020 . Actualizado a las 19:15 h.

Desde marzo del 2019 un ciudadano puede recoger sus medicamentos con receta en cualquier farmacia española. Poco a poco todas las comunidades fueron poniendo en marcha la interoperabilidad de la receta electrónica del Sistema Nacional de Salud, lo que permite sacar los fármacos prescritos por el médico del sistema público en cualquier botica, presentando la tarjeta sanitaria. Madrid fue la última autonomía en hacerlo, en marzo del 2019, mientras que Galicia se sumó dos años antes.

Los datos de interoperabilidad de los últimos meses son una muestra más de cómo ha sido la movilidad de los españoles durante la pandemia. Es cierto que muchos ciudadanos pasan largas temporadas en otras comunidades, por lo que si el confinamiento les cogió en esa autonomía, es lógico que siguiesen retirando sus medicamentos en farmacias que no pertenecen a su región. Pero los incrementos y disminuciones de estos movimientos son un claro ejemplo de qué zonas recibieron a más personas en los últimos meses, y a dónde apenas hubo desplazamientos.

Si se compara el número de ciudadanos distintos que se acogieron a este sistema en febrero, antes de la pandemia, y en abril, en pleno confinamiento, hay solo seis comunidades en las que bajó la dispensación de recetas: Baleares, Canarias, Cataluña, Madrid, País Vasco y La Rioja. Las primeras, islas, quedaron totalmente aisladas, por lo que dejaron de recibir a visitantes de otras autonomías, y las otras cuatro concentraron el mayor número de casos de coronavirus y, sobre todo, los primeros brotes. El caso más llamativo es el de Madrid. En febrero, 19.203 ciudadanos de otras autonomías retiraron allí sus fármacos. En abril lo hicieron menos de 14.000. En Canarias esta cifra pasó de 4.695 a 3.684 y en Cataluña cayó en un millar de usuarios. Una de las causas del dato de Madrid puede ser laboral, es decir, personas que trabajan allí pero residen en otras autonomías, y durante el confinamiento permanecieron en sus casas.

En el resto de autonomías la situación fue la contraria. Es decir, hubo más usuarios que acudieron a una farmacia de otra comunidad en abril que en febrero. Merece especial atención lo que ocurrió en ambas Castillas, en donde la dispensación de recetas a personas de otras autonomías se disparó. En Castilla y León pasaron de 17.748 usuarios en febrero a 32.535 en abril; mientras que en Castilla-La Mancha se pasó de 24.966 a 52.304, más del doble. Esto no quiere decir que 25.000 personas se desplazasen a Castilla-La Mancha en el confinamiento, ya que puede que estuviesen residiendo allí temporalmente y necesitasen sacar medicamentos en el mes de abril, pero sí refleja una tendencia de en qué comunidades aumentaron los ciudadanos de otras comunidades y en cuáles disminuyeron.

En Galicia 6.131 ciudadanos de otras autonomías retiraron sus fármacos en boticas de aquí en febrero, y en abril lo hicieron 8.542, el 4,12 % del total. Solo en ambas Castillas se concentró el 41 % del total de ciudadanos de otras autonomías que retiraron sus medicamentos de la farmacia.