«Hay estudios que demuestran que en aguas de baño saladas no existen rastros de coronavirus»

F. B. A CORUÑA / LA VOZ

SOCIEDAD

Javier Ferreras es el jefe del servicio de Control de Riesgos Ambientales de la Jefatura Territorial de Sanidade

01 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Javier Ferreras es el jefe del servicio del Control de Riesgos Ambientales de la Jefatura Territorial de Sanidade, institución que se encarga de realizar los análisis que decretan si la calidad del agua en las playas es excelente, buena, suficiente o insuficiente. Por ello, es una voz autorizada para explicar el procedimiento que se lleva a cabo para valorar la calidad de las aguas de baño: «Para hacer la clasificación, cada año se hacen 10 tomas de muestras. Una previa y nueve cada 15 días durante la temporada de baño».

Lo que se mide es la contaminación que las aguas puedan tener de carga fecal, concretamente la bacteria Escherichia coli y los enterococos intestinales. «Si se detecta que hay niveles por encima de las cifras máximas fijadas se prohíbe el baño en el arenal por posible contaminación hasta que se haga el próximo análisis», comenta Ferreras.

Que esto suceda es poco habitual en una playa clasificada como excelente en cuanto a la calidad del agua de baño se refiere. Pero, si ocurre, «se envía un escrito al concello en cuestión diciendo que existe contaminación, y carteles informativos para que coloque en las playas. No es normal en una excelente, a no ser que se produzcan vertidos incontrolados o que una tormenta de verano arrastre agua al mar».

Sin capacidad infectiva

En Galicia se están realizando estudios en diferentes depuradoras sobre la presencia de coronavirus en las aguas residuales. En este punto, Javier Ferreras aclara que «a las depuradoras llegan restos de virus sin capacidad infectiva. Con los tratamientos que se realizan en ellas se eliminan, por lo que no llegan al mar. Pero, aunque llegasen, está demostrado que la sal es un potente desinfectante y el efecto del cloruro sódico acabaría con el virus. Y aun en la arena, el propio calor y los rayos solares lo inactivarían», añade.

Asimismo, afirma que «la posibilidad de contraer el covid-19 en el mar es muy remota. Nunca se puede decir cero, pero hay estudios hechos que demuestran que en aguas de baño saladas no existen rastros de coronavirus. Por ese lado, los bañistas pueden estar tranquilos. Lo más importante para evitar contagios en los arenales es que los usuarios mantengan la distancia».

Tampoco en las playas fluviales existe riesgo, ya que también se realizan análisis para detectar contaminación de aguas fecales.