Joaquín de Bélgica, tras su fiesta de la cuarentena en Córdoba: «Me arrepiento profundamente»

La Voz REDACCIÓN

SOCIEDAD

STEPHANIE LECOCQ / EFE

El sobrino del rey de Bélgica se disculpó este domingo por saltarse las medidas de confinamiento y asistir al encuentro, que el presidente autonómico, Juanma Moreno, tildó de «enorme irresponsabilidad»

01 jun 2020 . Actualizado a las 09:08 h.

La familia real belga se ha visto obligada a confirmar que el príncipe Joaquín, de 28 años, ha dado positivo en coronavirus tras haber asistido a una fiesta privada en Córdoba, en la que al menos había 27 personas. Sin embargo, la casa real no ha aclarado si el aristócrata contrajo la enfermedad en su país o durante su estancia en España. Por de pronto, los hechos han soliviantado a las autoridades autonómicas.

El propio príncipe ha reconocido este domingo «no haber respetado todas las medidas de cuarentena» durante su viaje a España y ha pedido «disculpas» por ello, mediante un escrito que ha hecho llegar a Efe a través de su portavoz en Córdoba, el abogado Mariano Aguayo Fernández de Córdova. En el texto, remitido mediante correo electrónico con el ruego de su difusión, afirma que se arrepiente «profundamente de sus actos» y asegura que acepta «sus consecuencias».

En un único párrafo, escrito tanto en español como en inglés, Joaquín de Bélgica afirma que «en estos momentos difíciles», no pretendía «ofender ni faltar el respecto a nadie». «Me gustaría disculparme por no haber respetado todas las medidas de cuarentena durante mi viaje. En estos momentos difíciles, no pretendía ofender ni faltar el respeto a nadie. Me arrepiento profundamente de mis actos y acepto las consecuencias. Joachim de Bélgica», escribe el príncipe en la nota. Sin embargo, no hace ninguna otra consideración sobre las circunstancias que han rodeado los hechos que han terminado por desvelar que era él la persona que se había trasladado desde Bélgica a Córdoba y que el pasado viernes dio positivo en test PCR por covid-19, lo que ha obligado a la cuarentena de él mismo y otras veintiséis personas.

El presidente andaluz, Juanma Moreno, criticó la «enorme irresponsabilidad» de eventos como el que investiga la policía en Córdoba, que superó el número de asistentes permitidos. «Ese tipo de comportamientos no se pueden volver a repetir», decía ayer un enfadado Moreno. El hijo de Astrid de Bélgica y primo del Rey Felipe II cometió dos errores graves: asistió a una fiesta donde se congregaron más de 15 personas, algo que no está permitido en la fase 2, y no permaneció 14 días en cuarentena, norma establecida para todos los extranjeros que viajan a España durante el estado de alarma. La Junta de Andalucía ha podido localizar a los cinco sevillanos que asistieron a la reunión que se celebró en una vivienda particular de la capital andaluza. Todos ellos, como el resto, han sido puestos en cuarentena.

La investigación está en manos de la Policía Nacional, que determinará si hubo irregularidades y establecerá las sanciones pertinentes, que podrían ascender hasta los 10.000 euros para el anfitrión. Según la denuncia, el aristócrata procedente de Bélgica llegó a Madrid en avión el pasado 24 de mayo y viajó el mismo día en AVE hasta Córdoba. Dos días después, el 26 de mayo, celebró una reunión en una casa con amigos y familiares a la que acudieron 27 personas.

Al parecer, Joaquín notó síntomas de covid-19 al día siguiente y el día 28 fue sometido a la prueba PCR por los servicios sanitarios de Córdoba. Pero, ¿qué hacía el príncipe belga en Córdoba? Hay versiones encontradas. Algunos aseguran que lleva tiempo viviendo allí para estar cerca de su novia, Victoria Ortiz Martínez-Sagrera, miembro de una conocida familia cordobesa aficionada a los caballos y a las monterías y a la que conoció en otoño de 2014 en Bruselas, cuando ella realizaba unas prácticas en el Parlamento Europeo. Sin embargo, en palacio no quieren hablar de esta relación, aún no confirmada de forma oficial, y se limitan a decir que el joven príncipe había viajado a España «para una reunión profesional como parte de una pasantía en una empresa». Y a lo que todos llaman fiesta, ellos se refieren como reunión.

Otras fuentes señalan que no hubo una parranda con 27 personas presentes, sino dos reuniones con 12 y 15 personas, incluido el príncipe belga. Primero hubo una comida familiar en una finca el lunes con 12 personas y un almuerzo el martes por la tarde con otras 15 en un chalet de la capital. En ambas Joaquín habría estado acompañado de su novia Victoria. La relación entre el príncipe Joaquín de Bélgica y la cordobesa parece estar consolidada, aunque se resisten hablar de planes de boda tras seis años de noviazgo. La intención de él sería renunciar a sus derechos dinásticos para casarse con ella. En la actualidad, es el décimo en la línea de sucesión al trono belga.