Pasó casi dos meses ingresado, lo trataron con un pulmón artificial y ya se recupera en casa

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

 Diego fue el primer paciente de covid-19 en Galicia al que le aplicaron la técnica ECMO
Diego fue el primer paciente de covid-19 en Galicia al que le aplicaron la técnica ECMO

Diego Framil, de 44 años, fue el primer gallego tratado con la técnica ECMO. Asegura que el «bicho» la tomó con sus pulmones

30 may 2020 . Actualizado a las 19:22 h.

Todo empezó con un zumo de naranja. Lo bebió y no percibió el sabor. Tras la pérdida del gusto y el olfato, Diego Framil, un compostelano de 44 años, acudió al Hospital Clínico de Santiago. También tenía manchas rojas en la piel, como si fuese varicela. Era el 5 de abril. Apenas recuerda nada del mes siguiente, tiene lagunas y sueños que confunde con realidad. Sí se acuerda de que en el box de urgencias, un enfermero, o un auxiliar, trataba de tranquilizarlo: esto no es nada, hay gente que se cura, le decía, «pero me emocioné, sé que eché la llorera, me estaba dando cuenta del peligro que pasaban los sanitarios y de los pocos medios que tenían, pero no pensé lo que podría pasarme a mí». 

Porque como recuerda Diego desde el hospital -justo el día anterior a que le den el alta-, el bicho «la tomó con mis pulmones». Con solo 44 años y sin patologías previas salvo el sobrepeso, el SARS-CoV-2 le afectó a los riñones y después pasó a los pulmones. De hecho, apenas estuvo en planta, enseguida tuvieron que ingresarlo en la unidad de cuidados intensivos, en donde fue el primer paciente de covid-19 en Galicia al que le aplicaron la técnica ECMO, las siglas en inglés de oxigenación de membrana extracorpórea. Se trata de un sistema de asistencia mecánica circulatoria y respiratoria capaz de oxigenar y ventilar la sangre del paciente, que permite que el pulmón descanse, «es una oxigenación de la sangre, la filtran», dice Diego. 

Se trata de una técnica que solo puede aplicarse a pacientes con unas condiciones físicas buenas porque es muy invasiva. Así estuvo Diego desde el 8 hasta el 27 de abril. Para su familia ha vuelto a nacer, «yo solo sé que no sé nada, porque al estar sedado 21 días todo me lo han contado ellos, quienes pasaron el mal trago fueron mis familiares».

Diego no sabe cómo se contagió: nadie de su familia dio positivo No sabe ni cómo se contagió. Cumplía el confinamiento y sus únicas salidas a la calle fueron al supermercado o a Correos a hacer un par de recados. Ni su pareja ni nadie de su familia dio positivo. Por fin, después de casi dos meses, este viernes 29 de mayo pudo irse a su casa. Atrás quedó una experiencia que no le desea a nadie, «creo que es un enemigo desconocido al que no hay que subestimar, cuando desperté y mi familia me empezó a contar me di cuenta del calvario por el que habían pasado, yo nunca pensé que había estado al borde de la muerte, me enteré a posteriori». También desconoce por qué le afectó tanto. Es algo que no habló con los médicos, «supongo que fue así y punto, no es cuestión de edad, prefiero no pensarlo».

«Yo nunca pensé que había estado al borde de la muerte, me enteré a posteriori»

Ahora mismo asegura que está bien, los médicos dicen que ha recuperado su capacidad pulmonar, y el único problema es la masa muscular, ya que debe recuperar fuerza, «si hacemos un pulso me ganas seguro». 

A recuperar esta capacidad muscular le ayudaron los fisioterapeutas, «al principio me sentía vulnerable y ellos me apoyaron mucho». No solo hay agradecimiento para los fisios. Auxiliares, personal de enfermería, médicos... «Tenemos a los mejores profesionales, a los mejores, me sentí como si estuviese en mi casa y, si te digo la verdad, eso me ha ayudado muchísimo en la recuperación».

Tras lo que ha pasado pide a la gente que tenga «cabeciña, el covid no es una broma, y eso de que yo fui de los que se lo tomó en serio desde el principio, pero me pilló y aquí estoy».