En estos ocho restaurantes ourensanos puedes comer este fin de semana

La Voz OURENSE

SOCIEDAD

Alberto González, uno de los propietarios del Pingallo
Alberto González, uno de los propietarios del Pingallo MIGUEL VILLAR

En la terraza o dentro del establecimiento, ya es posible disfrutar de los platos típicos de estos locales de la provincia

30 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Con la fase 2 de la desescalada llegó la para muchos deseada apertura de los restaurantes de la provincia. La variada gastronomía siempre ha sido uno de los platos fuertes de Ourense y desde comienzos de semana ya es posible disfrutar de las elaboraciones de los locales que más triunfan en cada comarca. Con sus espacios adaptados a las medidas de seguridad necesarias, aquí van algunos de los restaurantes donde puedes comer este fin de semana.

Restaurante Pingallo (Ourense)

Desde el pasado martes, los fieles del restaurante Pingallo, en la calle San Miguel de la capital, pueden disfrutar de su cocina tradicional gallega. No habrá más novedades para los clientes que las que marcan las nuevas condiciones de seguridad e higiene derivadas por la crisis del coronavirus. El resto, seguirá en su sitio y para un local como el Pingallo eso siempre es una buena noticia. «La gente que está viniendo al restaurante lo está haciendo con muchas ganas, en lo que piden los clientes no se nota lo que ha pasado porque piden lo mismo o incluso más», explica José Luis González, el alma mater de la última etapa de este establecimiento emblemático de la ciudad. La carta seguirá marcada por la variedad y calidad de sus mariscos, los pescados elaborados a la forma tradicional y carnes como las carrilleras, que están entre sus platos más demandados. «En marisco, está funcionando muy bien estos días la centolla que todavía está en temporada», explica José Luis González.

Pese a las limitaciones de aforo, el restaurante todavía no ha colocado el cartel de completo desde la apertura, aunque para el fin de semana las reservas se han incrementado. «Todo el mundo viene con reserva, se nota que la gente aún anda con miedo», concluye. Una de las novedades que ha traído el covid-19 es la puesta en marcha del servicio Pingallo Exprés, con una carta más reducida pero que mantiene la filosofía que el hostelero heredó ya de su anterior ubicación en la calle Bedoya. Esta opción sigue disponible tras acabarse la parte más dura del confinamiento.

Cristian Cid, propietario y parrillero de O Foxo
Cristian Cid, propietario y parrillero de O Foxo Santi M. Amil

Parrillada Foxo en Baños de Molgas

Cristian Cid es la persona que hay detrás del Foxo, el restaurante situado en Froufe, Baños de Molgas, que atrae cada año a comensales llegados de distintas partes del mundo. Sí, sí; del mundo, aunque en este momento las personas que estén fuera de Ourense tendrán que esperar a que avancen las fases de la desescalada. El Foxo, que reabrió sus puertas el domingo pasado, es un mesón propio del rural en el que se combina la calidad en la materia prima y el trato cercano. Su carta es muy sencilla, unos cuantos entrantes a base de productos de la zona (queso del país, ibéricos y anchoas del Cantábrico) y de plato principal, el alma máter del restaurante: la carne. «Facemos distintos cortes de terneira e a nosa especialidade que é a chuleta de vaca», explica el hostelero. Lechuga y tomates de la huerta más patatas fritas, cultivadas en la comarca, para acompañar. Y nada más, pero ahí está todo. Solo hay dos secretos, que Cristian desvela sin problema: «A selección da carne e a súa elaboración. Cada mes e medio marcho a Madrid para elixir as pezas de vaca que logo sirvo con mínimo cincuenta días de maduración; a carne de terneira ven de Maceda e a escollo cada luns no matadoiro coa axuda indispensable do meu carniceiro, Requeno», explica. «Logo na parrilla soamente estou eu. Ao final personaliceino tanto que teño serios problemas cando teño que viaxar, non queda máis remedio que pechar eses días», añade. Desde la temperatura específica para cada pieza hasta el carbón, que es una mezcla de uno cubano, Marabú, y otro extremeño, todo está rigurosamente medido para que el resultado sea exquisito. «Gústame moito o que fago e tiro moitas horas facéndoo, creo que por iso sae ben», comenta Cristian.

El Foxo se estrenó como parrillada en el 2008, cuando Cristian cogió el relevo de sus padres, Manuel y Dolores. Lo que empezó con la intención de poner en valor la buena carne y disfrutarla entre amigos, terminó por convertirse en un punto de referencia que visitan turistas y ourensanos fuera de Galicia cada año. Comensales habituales llegados de Colombia, México, Suiza, Barcelona o Madrid, entre otros. «Cando puxen en marcha o proxecto, ao principio pensaba que igual era un pouco utopía que fose ben, que era máis capricho meu. Pouco a pouco a xente empezou a responder. Eu non sei onde estou pero nunca pensei chegar ata aquí», explica. Por todo, el hostelero de Baños de Molgas y su familia estaban deseando recuperar la normalidad en su local y el alboroto entre sus mesas, que han reducido y distanciado siguiendo las medidas de seguridad. «Estamos moi contentos de recibir na casa a os noso clientes e a verdade é que todo o que nos din é que nos botaron de menos así que volvemos con todas as ganas do mundo», termina.

Anxo y María Fernández, junto a la furgoneta con la que repartirán La Viuda a domicilio
Anxo y María Fernández, junto a la furgoneta con la que repartirán La Viuda a domicilio LOLITA VAZQUEZ

La Viuda en Trives

Uno de los grandes atractivos culinarios de Trives es, aunque solo sea por derecho de antigüedad, La Viuda, en la calle Rosalía de Castro. Lo cierto es que su comida avala con creces el tiempo que este restaurante, y hostal, lleva asentado en la comarca, desde 1952. Platos caseros, con una gran tradición gallega, y cuya base está también en el uso de alimentos naturales de la tierra. Anxo Trives es actualmente la persona que dirige la cocina de La Viuda, él y su hermana María son la tercera generación familiar que gestiona el restaurante que nunca antes había estado parado más de dos meses.

Desde el primer día de la fase 2 de la desescalada, su comedor se ha vuelto a llenar del olor de sus especialidades: merluza, carne mechada, callos o cabrito asado, entre otras muchas opciones. «Estamos moi contentos coa volta xa que cada día veñen máis clientes e nos transmiten que están moi tranquilos na nosa casa coas medidas de seguridade e de hixiene», dice Anxo. «Vivimos dous meses moi duros nos que non tiñamos nin idea do que ía pasar, fómonos adaptando ao que nos pedían e agora estamos aquí outra vez, con todas as ganas», admite. 

Dice Anxo que La Viuda es un restaurante rural, de los de toda la vida y que una de sus prioridades es conseguir que los clientes sientan que entran en su casa. Así se convierten en familia. «Hai persoas coas que estivemos en contacto durante todo o confinamento e en canto souberon que volvíamos abrir, volveron con nós. Temos reservas para varios fines de semana», admite. Pero para todos aquellos que se queden sin mesa o que quieran disfrutar de este restaurante en casa, ahora lanzan también la opción a domicilio. «Dende este luns serviremos os menús na casa ou para recoller, queremos chegar a todo o mundo e sabemos que hai moita xente que optará por xuntarse con amigos ou familia na casa dalgún de eles, así que poden contar con nós», termina.

Samuel Moreno en O Campanario
Samuel Moreno en O Campanario MIGUEL VILLAR

 O Campanario en Luíntra

El restaurante O Campanario, situado en Luíntra, reabrió sus puertas el pasado lunes 25 y este fin de semana volverá a hacerlo. Ubicado en el corazón del concello de Nogueira de Ramuín, en su carta se ofrece desde un buen caldo gallego a un delicioso secreto ibérico. Los sábados, por ejemplo, hay cocido; y los domingos, además, se sirven callos. Dada la cercanía de la temporada de verano, ahora han sumado a su menú platos más frescos, como ensaladilla, salmorejo y algunos arroces.

Y hablando de menús, el del fin de semana cuesta 12 euros. Samuel Moreno, el propietario, avisa de la importancia de reservar con antelación. Pese a que se irán abriendo más espacios con el avance de la desescalada, «ahora mismo hay 32 sillas en el comedor y otras 20 en la terraza grande».

Carlos Parra, a la entrada del Castillo de Maceda
Carlos Parra, a la entrada del Castillo de Maceda Santi M. Amil

Castelo de Maceda

Tras casi tres meses de parón, el restaurante del Castillo de Maceda reabrió sus puertas este jueves. Lo hizo con un 40 % de su aforo habitual en los dos comedores interiores de que dispone. Carlos Parra, alma y cocinero del negocio, explica que ya tenía «muchas ganas» de abrir. Las mismas que tenía su fiel clientela, que llevaba semanas preguntándole cuándo volvería a ofrecer sus servicios culinarios. La reapertura está funcionando bien y Parra está a punto de colgar el cartel de completo para este fin de semana.

Se entiende, además de por la calidad de su oferta, por la reducción del aforo, que se queda en 16 personas en un comedor y 28 en el otro. Parra explica que se ha tomado la vuelta a la actividad «con mucha prudencia» y poniendo especial cuidado en que se respeten las distancias de seguridad. «Con todas las normas y protocolos que hay que cumplir casi se agradece empezar poco a poco», dice el cocinero, que recuerda que el castillo cuenta también con varios espacios de terraza para relajarse antes de comer o también para disfrutar de la sobremesa al aire libre.

Pese a las restricciones, Parra ha sacado a todos los trabajadores del ERTE e incluso confía en contratar más en los próximos meses. «Yo tengo la esperanza de que sea uno de los mejores veranos en Galicia», dice.

El equipo del restaurante Ventura de O Carballiño
El equipo del restaurante Ventura de O Carballiño Miguel Villar

Ventura en O Carballiño

En la calle Cerca, a tiro de piedra de la iglesia de la Veracruz, está este restaurante italiano que ya es todo un referente en la oferta gastronómica de la villa carballiñesa y en la comarca. Con una amplia gama de pizzas, más de una veintena, la oferta va desde las más tradicionales -como la cuatro estaciones- a propuestas a base de pollo, queso de cabra y otras especialidades. Y, como no podía ser de otra manera, en Ventura han realizado una apuesta con guiño a la referencia indiscutible de la gastronomía carballiñesa y ofrecen una pizza de pulpo á feira. La pasta, en cualquiera de sus presentaciones, es otro de los platos fuertes, apostando además en Ventura por los arroces y las presentaciones a base de carnes. 

José Ojea Rodríguez en el restaurante Limia de Allariz
José Ojea Rodríguez en el restaurante Limia de Allariz Santi M. Amil

Limia de Allariz

Allariz es una de las villas con mejor y más variada oferta gastronómica. En su casco viejo y en la zona del río se pueden disfrutar de una buena mesa en entornos idílicos. Pero esta vez nos quedamos con un clásico restaurante a pie de carretera, el Limia, que ha reabierto esta semana con su cocina casera, bien apreciada por su variedad y precio ajustado. José Ojea Rodríguez, el propietario, apunta que han reducido el número de mesas para adaptarse al nuevo aforo permitido, pero ya están recibiendo los primeros clientes hasta completar el salón. Raciones, menú del día, platos combinados son opciones para disfrutar de una buena comida a precio asequible en Allariz. Hay amplia zona para aparcar al pie de la N-525 y también disponen de hotel.

MIGUEL VILLAR

A Fuchela en O Carballiño

La demanda hizo que el restaurante carballiñés empezase a cocer el  para atender las peticiones de los vecinos de la villa. Fue así como en A Fuchela comenzaron su desescalada poniendo a funcionar las calderas los días que coincidían con la feria y los fines de semana. Con el nuevo escenario, y el cambio de fase, se siguiendo ofreciendo la posibilidad de llevarse el pulpo para casa, o degustarlo en las mesas de la terraza. Con los restaurantes ya abiertos al público A Fuchela es siempre garantía de éxito porque a su tradición como pulpeiros une una amplia carta con una variada presentaciones de carne, con la posibilidad de hacerla uno mismo a su gusto en la mesa, y de pescados.

Información de M. Doallo, R. Nóvoa, M. Ascón, M. Rodríguez, P. Varela y X. M. Rodríguez con fotos de Miguel Villar, Santi M. Amil y Lolita Vázquez