Los madrileños se lanzan con orden a las terrazas para celebrar la fase uno

Madrid ya se encuentra en esa fase de la desescalada en la que se puede bajar a tomar una cerveza a la terraza de un bar a cualquier hora, pero en la que están prohibidos los paseos entre las 10.00 y las 20.00 horas. La capital inauguró este lunes la temporada de terrazas y lo hizo por todo lo alto a pesar de la amenaza de tormenta.

En realidad parecía más bien la apertura de una autopista o la salida de una etapa de la vuelta ciclista en la que distintas autoridades se agrupan para salir en la foto. En este caso los máximos honores, es decir, las tijeras, recayeron en la vicealcaldesa, Begoña Villacís, que cortó la cinta de obra que hasta ahora precintaba una de las prohibitivas terrazas en los aledaños de la Puerta de Alcalá. «No hay nada como salir de un confinamiento, sentarte en una terraza y tener esa sensación de libertad... es maravilloso. Quiero que lo vivan los madrileños, pero con mucho cuidado», declaró Villacís, quien animó a los madrileños a acudir al pequeño comercio para ayudar a reactivar la ciudad. En Madrid a los cortos les llaman cañas, y para conseguir una caña hay que pedir un doble. En la zona de la Puerta de Alcalá el tique de un par de dobles puede superar al de todo un pantagruélico festín en un furancho con café, postre y vistas a la ría.

Para esta fase el aforo de las terrazas está limitado al 50% de su capacidad máxima, lo que ha motivado que la gran mayoría de los establecimientos hayan optado por esperar para levantar la reja. Según una encuesta de la asociación Hostelería Madrid, solo uno de cada diez bares decidió regresar al trabajo; por diversos motivos, pero sobre todo por baja rentabilidad o no disponer de un espacio exterior. En la plaza Mayor solo abrieron tres de los 19 locales con licencia.

A lo largo de toda la ciudad hay esparcidas un sinfín de terrazas, pero cuando el buen tiempo acompaña, como sucede estos días, puede llegar a costar un riñón encontrar una mesa al aire libre en una del centro. En muchas hay que apuntarse en una lista de espera que los camareros van administrando, y en el resto impera la ley del más fuerte, o del más rápido. Lejos del circuito turístico y de la moderna Malasaña, Olavide es uno de los núcleos del terraceo. Encontrar una silla a última hora de la tarde era una misión imposible, pero la clientela guardaba distancias con disciplina casi militar.

Los 19 grandes parques madrileños abrieron este lunes sus puertas, con el Retiro como estandarte, en donde volvieron a coincidir paseantes y deportistas. Junto a Madrid también entraron en fase 1 Barcelona y su área metropolitana y otros territorios.

 

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