Expertos españoles ponen en duda que el coronavirus fuese la causa de la muerte de un bebé de dos días en Sudáfrica

SOCIEDAD

Aspecto del coronavirus SARS-CoV-2
Aspecto del coronavirus SARS-CoV-2

Los pediatras ven difícil que se contagiase en el útero y también que desarrollase el covid-19 en 48 horas

22 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno sudafricano comunicó en la noche del miércoles haber sufrido «el primer fallecimiento neonatal relacionado con el covid-19». Se trataría de un bebé de dos días de edad, nacido de manera prematura, con dificultades pulmonares que requirieron apoyo por ventilación inmediatamente después de su nacimiento. Tanto el pequeño como la madre dieron positivo en las pruebas de coronavirus.

Si el niño falleció a causa de la infección por SARS-CoV-2, se trataría de la víctima mortal más joven provocada hasta el momento por la pandemia. Pero los expertos piden prudencia y ponen en duda que el virus fuese la causa última de su muerte.

«La literatura científica descarta la infección vía placenta, por tanto no habría infección dentro del útero. El niño tendría que haberse infectado en el parto o después. Y no me creo que la enfermedad se desarrollase en 48 horas, imposible», apunta el pediatra Carlos Príncipe. 

Este doctor vigués no pone en duda que el bebé pudiese estar infectado, pero descarta que el covid-19 esté detrás de su fallecimiento. Al contrario, ve más probable que se haya debido a las complicaciones respiratorias que sufría por su nacimiento prematuro y que llevaron a necesitar de ventilación asistida. «Tendrían que demostrar que el coronavirus fue la causa de la muerte, yo de entrada no me atrevo», insiste. Y señala que si una de las claves de la baja incidencia del coronavirus entre los niños son los bajos niveles del receptor ACE2, una proteína de las células humanas a las que se une el virus, en el caso de un recién nacido, la presencia debería ser aún menor, por lo que «es posible que se contamine, pero más difícil que el virus penetre dentro del epitelio respiratorio y haga un destrozo».

Para el doctor Manuel Sánchez Luna, presidente de la Sociedad Española de Neonatología, «no hay datos suficientes para pensar que el niño haya podido fallecer por causas diferentes a su prematuridad». Además, la organización que preside ha analizado más de 450 casos de bebés nacidos de madres con coronavirus, sin haber registrado entre ellos ni una sola muerte que pueda estar relacionada con el SARS-CoV-2. «Esa serie tan importante, tan larga, de casos que tenemos en nuestro país nos demuestra que muy probablemente no exista transmisión dentro del útero de la madre, y si la hay es muy muy infrecuente, y no va a provocar síntomas agudos», indica, insistiendo también este experto en que sería más probable que el bebé se hubiese infectado tras nacer, lo que supondría que la enfermedad tendría que haberse desarrollado gravemente en apenas dos días.

Otros casos

Muy pocos son los casos que, de momento, recoge la literatura científica sobre bebés afectados gravemente por el SARS-CoV-2. El fallecimiento comunicado en marzo por China de un pequeño de menos de un año afectado por coronavirus, que tenía como patología previa una invaginación intestinal, es el principal.

Sin embargo, distintos países han comunicado muertes de niños de corta edad presuntamente relacionadas con el virus. En Estados Unidos se ha atribuido al coronavirus la muerte de un bebé de seis semanas en Connecticut y de otro de 10 meses en Chicago tras dar positivo. También se han vinculado a la pandemia los decesos de un niño de 23 días en Filipinas (no se supo que tenía el virus hasta después de fallecer) y de otro de solo cuatro días en Brasil, que como en el caso de Sudáfrica, había nacido prematuramente y sufrió una insuficiencia respiratoria.

Respecto a descartar la transmisión del virus de la madre al feto durante el embarazo, se han realizado distintos estudios, que mayoritariamente se mueven en la línea de descartar ese riesgo. Uno de ellos, publicado en The Lancet en el mes de febrero, incluyó el análisis de muestras de líquido amniótico, sangre de cordón umbilical o leche materna de mujeres chinas infectadas por el SARS-CoV-2, dando todas negativo. Una revisión del impacto del covid-19 en neonatos y niños en China publicada en Frontiers in Pediatrics también apuntó que todavía no hay «evidencia directa» de transmisión vertical (directa de madre a hijo durante la gestación).

Un documento para profesionales del Ministerio de Sanidad actualizado el pasado 18 de mayo también recoge que la transmisión del virus de madre a hijo «se produce mayoritariamente por el contacto estrecho entre ellos tras el nacimiento» y que la «transmisión vertical es poco probable, dado que no es posible encontrar el virus en muestras de líquido amniótico, cordón umbilical y leche materna» pero sí «posible».

Precisamente en España, la Sociedad Española de Neonatología está manejando una de las series más amplía de casos de niños nacidos de madres infectadas. Registra ya más de 450 nacimientos y, por el momento, no ha detectado ningún caso de un pequeño que haya nacido infectado.