El pequeño comercio se blinda para recuperar a la clientela

r. nóvoa / c. ándaluz OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

Santi M. Amil

Apertura generalizada en el pequeño comercio, que percibe reticencias entre los compradores

12 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El pequeño comercio ourensano estrenó este lunes una nueva fase. Y se notó en el nivel de apertura, mucho más generalizado que hace una semana cuando los locales tan solo podían recibir clientes con cita previa. Muchos optaron por esperar, con la vista puesta en el 11 de mayo. Y este lunes, fueron mayoría los que abrieron, a la espera de que se sumen las grandes cadenas que tienen locales comerciales superiores a los 400 metros cuadrados y que tendrán que esperar a la siguiente fase de la desescalada. También el centro comercial Ponte Vella. Las primeras sensaciones a pie de comercio apuntan a un día flojo en ventas, elevado en medidas de seguridad y con muchas dudas sobre el futuro y sobre cuándo se recuperará el nivel de ventas de antes de la crisis del coronavirus.

Santi M. Amil

 Alia Fernández, Sniker (Ourense)

«El ritmo de ventas no se recuperará por lo menos hasta final de año»

El primer día de apertura al publico, aunque con limitaciones en el aforo, fue «extraño» en la tienda Sniker, situada en la céntrica calle del Paseo. «La sensación no es ni similar a la de antes. Cambian los hábitos en la tienda y también en los clientes», explica Alia Fernández. Asegura que en este primer día de la fase 1 de la desescalada ve a la clientela todavía «desorientada y que no sabe muy bien a qué hora puede ir de compras». Pese a todo, en la tienda de zapatillas de moda, aseguran que tienen un «montón de ganas y con ganas de establecer ya una rutina personal». Sobre las previsiones de cara a los próximos meses, Alia Fernández indica: «El ritmo de ventas no se recuperará por lo menos hasta final de año».

Santi M. Amil

 Hermina Pico, Inicial 1990 Ourense)

«Tenemos que luchar contra el miedo de la gente a entrar»

La semana comenzó con más gente en la calle que nunca desde el inicio de la desescalada, pero el movimiento en los comercios no era tan elevado como, por ejemplo, en las terrazas. «Son días un poco complicados, porque tenemos que luchar contra el miedo de la gente a entrar en las tiendas», señala Herminia Pico, de la tienda de moda para mujer Inicial 1990, en la calle Bedoya. En el establecimiento, al igual que en el resto visitados, se extreman las medidas de higiene y se ofrecen a los clientes guantes y mascarillas. «Cada vez que se prueba una prenda se desinfecta y solo se puede usar un probador», resume Manuel Rodríguez, propietario de la tienda.

Santi M. Amil

 Ángeles González, joyería Prada (Ourense)

«¿Nos esperan unos días flojos en ventas»

Ángeles González está al otro lado del mostrador de la joyería Prada, en la calle doctor Fleming. Es el primer día de atención con aforo reducido y las sensaciones que tiene coinciden con las del resto de comerciantes consultados. «Es un primer día flojo en ventas. Aprovechamos toda la semana pasada para organizar todo el material y ahora estamos ya abiertos con normalidad, dentro de las limitaciones, pero hay poca gente que se anime a entrar», señala. Sobre la percepción que tiene en el trato con los clientes, Ángeles Vázquez, señala: «Siempre hay el que tiene un poco de miedo, pero lo que percibimos es que la gente tiene ganas de recuperar la normalidad». Asegura que todavía hay negocios en el barrio de O Couto que han optado por permanecer cerrados, a la espera de que se avance en la desescalada.

C. Andaluz

Belén Vaz, Modas San José (Verín)

«La gente no tiene que tener miedo a entrar, estamos preparados»

Belén Vaz está al frente de Modas San José en Verín y ha contado, día a día, el tiempo que ha tenido que estar en casa: «Llevamos sin trabajar 58 días y lo vivimos con incertidumbre», dice. Cuando cerró la tienda acababa de recibir toda la mercancía, la ropa de primavera. «Fue un golpe muy duro, las facturas no paraban de caer, aunque es cierto que los proveedores pusieron de su parte prorrogando 60 días más los pagos», explica. Lo peor durante ese tiempo fue no saber la fecha exacta en la que volvería a abrir. Ha adaptado el establecimiento a la nueva situación con dispensador de gel, guantes y mascarilla a la entrada del establecimiento y establecido distancias de seguridad: «La gente no tiene que tener miedo a entrar, estamos preparados y deseamos recibirles».