El virus que trastocó la arraigada tradición de las honras fúnebres

SOCIEDAD

Columbario del tanatorio de Caranza
Columbario del tanatorio de Caranza CESAR TOIMIL

Muchas familias tienen las cenizas en tanatorios hasta que se normalicen los entierros

10 may 2020 . Actualizado a las 14:47 h.

Las campanas de las iglesias que avisaban de la muerte de un vecino enmudecieron, desde hace casi dos meses no hay ni velatorios, ni cortejos fúnebres, ni exequias, y algunos fallecidos llegaron solos a su última morada porque sus familias estaban en cuarentena, y las flores frescas se pusieron mustias ante las tumbas por el cierre de los cementerios. El covid-19 ha provocado grandes cambios en la sociedad, hasta el punto de trastocar una tradición tan arraigada como la del culto a los muertos que, pese al avance de los tiempos, en la Galicia más rural sigue vigente todavía, aunque ya no se utilicen los términos y expresiones antes citados.

La pandemia del coronavirus y las medidas adoptadas para tratar de frenar su expansión han supuesto un drástico cambio y algunas familias están esperando que la situación mude para despedir a sus seres queridos como se merecen. Y es que no todos los fallecidos están reposando ya en sus tumbas, tanto los que estaban afectados por el coronavirus como los que murieron por otras causas desde que se decretó el estado de alarma. Y es que hay familias que han optado por mantenerlos en los columbarios de los propios tanatorios, y algunos en sus casas, hasta que se puedan realizar los entierros con la asistencia de más de tres personas, que es lo que está permitido hasta ahora, y en algunos casos también en espera de que se reanude la celebración de funerales.

El director del tanatorio Vilar do Colo, Felix Soto, manifiesta que en su columbario tienen en custodia las cenizas de una veintena de fallecidos, cuyas familias están a la espera de que se normalice un poco más la situación. Según explica, algunas quieren despedirlos siguiendo el ritual tradicional, de conducción al cementerio, sepelio y funeral, y otras prescinden del acto religioso en el templo.

Primer sepelio, el 14 de mayo

En el tanatorio-crematorio Albia, del polígono de A Gándara, también tiene la custodia de las cenizas de varios fallecidos, pero, según explica el gerente, Alberto Sanmartín, otras familias optaron por llevarlas para sus casas y están a la espera de poder realizar el entierro. Los servicios funerarios de Albia ya tienen previsto un sepelio y funeral para el próximo día 14.

En el caso del tanatorio San Lorenzo, también tienen la custodia de cenizas de algunos fallecidos, y su directora, Pilar Lage, indica que lo han hecho en otras ocasiones, antes del coronavirus. «Algunas familias las dejan aquí un tiempo, para llevarlas fuera de Galicia o al lugar de nacimiento del fallecido», manifiesta, apostillando que en algunas ocasiones incluso es para hacerles un acto simbólico de despedida, sin ninguna celebración religiosa. Respecto a las que tienen ahora en el columbario, apunta que es probable que algunos tarden tiempo en recogerlas, por que son personas vulnerables o de riesgo por otras patologías previas.

La empresa funeraria que desde hace unos meses lleva la gestión del tanatorio de Caranza también tiene 16 casillas de su columbario ocupadas por cenizas de fallecidos, entre ellas las de un matrimonio. Según explica su responsable, Octavio Castro, se trata de celdas totalmente asépticas que solo pueden abrir los responsables del tanatorio.

Reapertura el lunes, día 11

Desde que se decretó el estado de alarma, los tanatorios permanecen cerrados y está previsto que reabran mañana, lunes, pero con un aforo limitado a diez personas en el interior por cada difunto, mientras que otros 15 pueden permanecer en el exterior del edificio, en zonas ajardinadas o espacios habilitados al efecto.