Sánchez prorroga el estado de alarma por la mínima y con un ultimátum

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

Reuters

El Gobierno insiste en que no hay otra alternativa mejor recogida en la Constitución

07 may 2020 . Actualizado a las 12:17 h.

Sánchez logró ayer renovar el permiso del Congreso para extender el estado de alarma hasta el próximo 24 de mayo, aunque con más dificultades que nunca. Fue un triunfo ajustado y con gol en el descuento, ya que hasta el último suspiro no consiguió cerrar los apoyos que le permitieran no depender del PP. Estos dos acuerdos llegaron de la mano de dos partidos antagónicos, como Ciudadanos y el PNV, que coincidieron en advertirle que vaya buscando un marco jurídico alternativo para continuar con el proceso de desescalada más allá de las dos próximas semanas. Igual que el PP, que finalmente se abstuvo.

La votación supone un punto de inflexión en la legislatura, ya que por primera vez se quebró el bloque en el que se apoyó Sánchez para ser investido, lo que propició ataques y reproches cruzados entre los dos partidos que sustentan al Gobierno, PSOE y Podemos, y sus hasta ahora socios parlamentarios de ERC, que se movieron de la abstención al no. Moncloa entiende que este nuevo equilibrio de fuerzas no tiene mucho futuro, de ahí la insistencia de la portavoz del Grupo Socialista, Adriana Lastra, en «tender la mano» a Gabriel Rufián. «El futuro de este país pasa por que la izquierda de este hemiciclo se entienda», admitió.

Apenas unos minutos antes Rufián había recordado a Sánchez con cierto tono amenazador gracias a qué votos duerme cada noche en la Moncloa. «Sin diálogo no hay legislatura, si son tan progresistas, demuéstrelo», afirmó.

En realidad, tanto Cs como PNV ya venían pronunciándose a favor de la prórroga del estado de alarma en los anteriores debates, pero sus votos cobraron especial relevancia desde que se oficializó el salto de Esquerra.

El Gobierno finalmente logró 178 apoyos: PSOE (120), UP (35), Cs (10), PNV (6), Más País (2), Compromís (1), Nueva Canarias (1), Coalición Canaria (1), PRC (1) y Teruel Existe (1). En el bloque de los abstencionistas coincidieron los 88 diputados del PP, los 5 de Bildu, los dos de Navarra Suma, 1 de ERC (rompió la disciplina de voto) y el del BNG, que hace dos semanas había apostado por el sí. Finalmente, en el pelotón del no se agruparon Vox (52), ERC (12), JxCat (8), la CUP (2) y Foro Asturias (1).

El presidente del Gobierno planteó la votación como una «una decisión que nos va a marcar para siempre» que trasciende la esfera política, convirtiendo el voto en una «opción moral» mediante la que «todos nos mediremos por las implicaciones éticas que vamos a tomar en el día de hoy», afirmó.

Sánchez defendió que el estado de alarma es la única «herramienta constitucional» que permite evitar la propagación del virus, y que poner fin a esta excepcionalidad sería un «error absoluto, total e imperdonable». Se dirigió a sus socios soberanistas: «No es ningún recurso retorcido del centralismo, no lo es», comentó fijando su mirada en la bancada nacionalista. Tampoco «ningún ardid para limitar las libertades», advirtió, tratando de abortar las críticas de la oposición, con la que quedó constatado que han volado todos los puentes. Y, ya para todo el hemiciclo, aseguró que su único objetivo es «proteger y salvar vidas extremeñas, catalanas y gallegas, de derechas y de izquierdas», afirmó.

Por otra parte, Sánchez anunció que, cuando España entre en la fase 1 del desconfinamiento, declarará el luto nacional, y avanzó también que una vez concluido el proceso «se celebrará un homenaje a las víctimas».

El sí de Cs en medio de críticas

La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, acudió por primera vez al Congreso desde la declaración de la pandemia para poner en valor su acuerdo con el Gobierno, aunque eso no impidió que se mostrara muy crítica con la gestión del Ejecutivo respecto a la crisis del coronavirus. No obstante, defendió la «utilidad» de su partido para «servir al interés general». «No me importa que unos me llamen facha y otros me llamen traidora», comentó.

Las cesiones a Ciudadanos y al PNV para salvar la votación

F. Balado

Ciudadanos y el PNV venían votando a favor de las prórrogas del estado de alarma, pero el cambio de ERC de la abstención al no, provocó que los votos de los naranjas dispararan su valor para ponerlos casi al nivel de los siempre tan cotizados del PNV.

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, condicionó su sí a la ampliación del estado de alarma en base a tres requisitos que expuso desde su escaño. En primer lugar, la desvinculación del decreto del estado de alarma de las medidas económicas, como las prestaciones a los afectados por los ERTE; en segundo término, exigió al Gobierno preparar «un plan B» que facilite «una salida ordenada del estado de alarma», al entender que, a diferencia de lo que sostiene el Ejecutivo, sí existe una alternativa jurídica para llevar a cabo la desescalada. La tercera condición es que Sánchez se preste a consensuar sus medidas con la oposición y con los presidentes de las comunidades autónomas. En el acuerdo firmado el martes se recoge el compromiso del Gobierno de mantener una reunión semanal con Cs para compartir información y consultar medidas. A mayores, Arrimadas también invitó a Sánchez a desmontar algunos de los chiringuitos creados en varios ministerios desde la llegada al poder de la coalición. «Estaremos muy vigilantes en estas tres condiciones, y que no suponga más privilegios para algunos partidos nacionalistas», advirtió Arrimadas.

Las conquistas del PNV

Por su parte, el PNV también arrancó a Sánchez dos acuerdos a cambio de sus votos. En primer lugar, una «cogobernanza» entre Madrid y Vitoria para llevar a cabo la desescalada. Tal y como confirmó el propio Sánchez en su discurso inicial, Moncloa tendrá siempre la última palabra, pero escuchará las propuestas de cada territorio. «La dirigiremos juntos [la desescalada], aunque las validaciones últimas dependerán de Sanidad. Las comunidades autónomas tendrán un papel protagonista», afirmó.

Junto a este proyecto de «cogobernanza», desde el PNV también se exige que el estado de alarma no sea ningún obstáculo de cara a relanzar las convocatorias electorales en el País Vasco y Galicia que quedaron aplazadas por la irrupción de la pandemia. El grupo vasco presentó una enmienda al respecto que fue aprobada gracias a los apoyos de los grupos gubernamentales. Su portavoz, Aitor Esteban, sugirió en el debate que si en la fase dos se permiten reuniones de hasta 50 personas, «¿cómo no vamos a ser capaces de asegurar el derecho de voto?». La idea del lendakari Urkullu es llamar a las urnas para mediados de julio.

Aitor Esteban le recordó al presidente del Gobierno que la Constitución lo habilita para que el estado de alarma sea aplicado solo en determinados territorios, y no en el conjunto del Estado. Los nacionalistas vascos aprovecharon también para mostrar sus reticencias en negociar el reparto de fondos de 16.000 millones anunciado por Sánchez junto al resto de comunidades autónomas, y confía en poder llegar a un acuerdo bilateral.

El BNG advierte al Gobierno: «Escogen su camino, veremos adónde conduce»

F. B.

El BNG cumplió su advertencia y se convirtió en otra de las formaciones que se descolgó del apoyo al Gobierno para prorrogar el estado de alarma, pasando del sí con peros de hace dos semanas a una abstención. Su diputado en Madrid, Néstor Rego, denunció que el «Gobierno se empecina en centralizar» el proceso de desescalada, cuando desde su punto de vista las competencias deberían ser autonómicas. «Tenemos una forma diferente de habitar el territorio que nunca entendieron en Madrid», lamentó.

Rego también advirtió al Gobierno sobre la peligrosidad de haber escogido a sus nuevos compañeros de viaje, en referencia a Ciudadanos, fuerza que resultó determinante para que el Ejecutivo lograse salvar la votación. «En vez de dialogar con las fuerzas soberanistas que le estuvimos apoyando, lo hace con la derecha ultramontana. Ustedes escogen su camino y veremos adónde conduce».

Admisión del recurso de Vox

Por otra parte, el Tribunal Constitucional revisará la legalidad de la declaración del estado de alarma al admitir ayer a trámite el recurso presentado por Vox contra el real decreto para hacer frente a la pandemia. En su primer pleno no presencial de la historia, los magistrados acordaron por unanimidad la admisión de ese recurso al cumplir con todos los requisitos formales, lo que no implica por el momento ningún pronunciamiento, solo abre su recorrido en el tribunal, recuerda Efe.