Las otras víctimas del covid-19: de Ávila a Vigo para ser atendida

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

SOCIEDAD

María José Guerero en la costa de Viveiro, en uno de sus viajes a Galicia
María José Guerero en la costa de Viveiro, en uno de sus viajes a Galicia La Voz

Una familia castellana logra derivar a Galicia a una infartada cerebral relegada por el frente contra la pandemia

05 dic 2020 . Actualizado a las 21:17 h.

El frente sanitario contra la pandemia dejó a la abulense María José Guerrero, de 52 años, en tierra de nadie. Con un infarto cerebral grave y postrada en la cama sin movilidad, su caso dejó de ser preferente en cuanto salió de la uci del hospital salmantino en el que estaba siendo tratada de un aneurisma severo desde el 13 de febrero, cuando el covid-19 aún no había explotado en España. La atención a los afectados por el coronavirus se convirtió enseguida en prioritaria, así como evitar el contagio en los centros sanitarios al resto de la población. La familia de María José se encontró con un muro infranqueable para conseguir iniciar cuanto antes su rehabilitación funcional integral, proceso en el que cada día cuenta para ganarle centímetros a la afección cerebral causada por el aneurisma. Lo intentaron en otros hospitales de Castilla y León, Madrid, Barcelona... nada. Ninguno le dio la oportunidad de comenzar el proceso de rehabilitación neurofisiológica.

«Se bloquearon los tratamientos que no tenían que ver con el coronavirus y eso nos llevó a vivir un total desamparo. Nos vimos envueltos en procesos burocráticos y todo a nuestra cuenta», relata Clemente Chávez, cuñado de María José. Y entonces, ya casi rendidos, iniciaron una campaña en redes sociales para conseguir dispositivos y ayuda para moverla en su casa: una grúa, alguien que le hiciese rehabilitación para que pudiese recuperar el habla, la movilidad.

A una residencia

La campaña creció rápido. Medios de comunicación de Ávila se hicieron eco de su situación y entonces los hospitales Vithas ofrecieron sus servicios. Aún quedaba lograr derivar a la paciente del hospital salmantino Virgen de la Vega a alguno de la cadena privada. Y no fue fácil. Tanto que María José fue dada de alta y llevada a su casa, con la única alternativa de una residencia asistencial, con la que estaba cayendo con el coronavirus en esos momentos en dichos centros.

«En el hospital de Salamanca insistieron en que el traslado a un centro privado de otra comunidad no era posible. Fueron días de mucho desconcierto», lamenta el cuñado. Y finalmente el último informe, el último sello, la última autorización necesaria se consiguió. Luis, marido de María José, escogió sin dudarlo NeuroRHB, el servicio de neurorehabilitación del hospital Vithas Fátima de Vigo para que su mujer consiga volver a hablar, a caminar. La pareja había vivido en Galicia sus mejores vacaciones, hecho amistades en sus viajes y por ello la comunidad gallega les ofrecía un plus de confianza, siempre necesaria para afrontar procesos duros y largos frente al destrozo que causan los infartos cerebrales.

Vithas Fátima se ofreció para su rehabilitación y dos semanas después ya la sientan en silla «Ya se le puede sentar en una silla de ruedas», relata Clemente Chávez satisfecho, aunque señala que queda mucho por avanzar. «Estamos muy contentos», recalca, tras haber dejado atrás la pelea con la burocracia y la invitación a la resignación a la que dice habían sido encaminados en Salamanca. Aun así, la familia no se rindió, y hasta escribieron al ministro de Sanidad, Salvador Illa, para hacerle ver que aunque la lucha contra el coronavirus sea una prioridad, todo paciente tiene sus derechos. Y la abulense lo tenía a que le dieran la posibilidad de tener una vida lo más íntegra posible.

Ahora inicia su tercera semana en el hospital Vithas Fátima de Vigo, y haber conseguido la derivación de su tratamiento a un centro privado se ha convertido en guía para las familias de otros pacientes víctimas colaterales del coronavirus al ser relegadas en su atención por la prioridad en el frente contra la pandemia. «Les contamos qué hemos hecho nosotros para conseguirlo», dice el cuñado de María José animando a las familias a no rendirse.

Apoyo en la Red

Vithas advierte que está observando cierta tardanza a la hora de recibir a afectados por ictus tanto para su atención como para la rehabilitación. El miedo al covid-19 y a los hospitales está haciendo estragos.

La actriz Berta Vázquez ha dedicado su aplauso en sus redes sociales al caso de María José y a la atención recibida en Vigo. Cerca de dos millones de personas han visto ya su homenaje.