El diseñador gallego Pablo Crespo afirma que deben trasladar confianza, ser diáfanas y con menos existencias en exposición
05 may 2020 . Actualizado a las 18:34 h.Crear tiendas que trasladen confianza sanitaria al consumidor, que sean más diáfanas y con menos existencias en exposición, apostar por la integración entre el comercio virtual y el físico, deslocalizar la caja de cobro, regalar EPIS patrocinados o apostar por la solidaridad son algunas de las claves del sector retail cuando regrese la actividad.
El covid-19 y los nuevos hábitos de consumo obligarán a las tiendas a reinventarse, algo en lo que incide el diseñador coruñés Pablo Crespo Pita, del estudio Imaisdé, que ha diseñado, bajo la filosofía de la innovación, la creatividad y la experiencia de uso, espacios comerciales para decenas de empresas en toda España.
«Algunos cambios llegarán para quedarse y otros estarán con nosotros solo mientras no obtengamos una nueva vacuna contra el covid-19», asegura.
Él apuesta por la «sostenibilidad», que «llegó hace tiempo para quedarse», y considera que «las marcas que no apuesten firmemente por ella» serán «marginadas por una gran parte de los consumidores».
Y es que sostenibilidad y solidaridad, a su juicio, van de la mano. «Las firmas tendrán que asumir que esta solidaridad no se acaba con el confinamiento», advierte.
En su opinión, el covid-19 «va a acelerar un cambio» que «algunas marcas ya venían implementando hacia una mayor transformación digital y convivencia del comercio off line con el on line».
Entiende que «será de gran utilidad que las marcas creen una tienda virtual» y además se debe convertir cada compra en una experiencia, puesto que «no se trata de vender solamente el producto sino de explotar todo su ecosistema».
Todo eso tendrá que ser conjugado con trasladar a los clientes «confianza sanitaria» ya que, asegura, «el riesgo» para la salud que puede suponer «la visita a la tienda no merecerá la pena para algunos consumidores».
Así, avanza, se generalizarán los puntos de recogida en las entradas de la tienda para evitar las esperas, habrá sensores de temperatura en la entrada, arcos y desinfección con ozono, y se repartirán guantes, mascarillas, dispensadores de hidrogeles y EPI que «cada marca» debe «customizar y personalizar» para regalarlos con la compra y servir de atracción a los clientes.
El objetivo, además del sanitario, es que «cientos de clientes promocionen la marca en los alrededores de la tienda y en los espacios públicos» y, así, la firma que «diseñe la mascarilla más sostenible y atractiva tendrá casi garantizada la compra en tienda».
Anuncia, igualmente, que «aparecerán sellos y organizaciones más especializadas para certificar la Confianza Sanitaria específicamente para el covid-19».
Crespo considera que los clientes pasarán «menos tiempo en las tiendas» y habrá que «paquetizar y señalizar más y mejor» los productos, además de facilitar los envíos «inmediatos» de los pedidos, en definitiva, las marcas tendrán que «acelerar su transformación digital para resolver los problemas de toda la vida» como las tallas, ya que «a día de hoy es tecnológicamente factible» por ejemplo «mediante realidad aumentada con perfiles de usuario».
Otra consecuencia de el covid-19 será la «popularización» de las máquinas de autopago y autodevolución para que haya «la menor interacción física posible», y también «disminuirá el efectivo en las compras tal y como lo conocemos y las tiendas físicas que no acepten toda clase de pagos electrónicos venderán menos».
«Sufrirán más las tiendas pequeñas que las grandes, ya no solo por las medidas sanitarias de aforo que vendrán, si no por una cuestión de confianza relacionada con el espacio. Por ello las tiendas podrían aligerar las existencias en la exposición y guardarlas en el almacén para crear espacios más amplios, aumentar el aforo y permitir crear nuevas experiencias de compra laterales», concluye.
