La oferta se extiende entre modelos gratuitos de factura casera y piezas que cuestan 6,25 euros

serxio gonzález

Aunque su suministro oscila en función de una demanda disparada, la semana pasada era posible encontrar mascarillas con relativa facilidad en los municipios de O Salnés. Bien a través de las farmacias, bien gracias al trabajo de voluntarias y voluntarios que confeccionan este tipo de protección básica a lo largo y ancho de la comarca. Un ejemplo es el colectivo Xente da Pé que, desde Vilagarcía, elabora mascarillas caseras que pueden encontrarse, de forma completamente gratuita, en la tienda Bembó o en la oficina municipal de Carril. No piden nada a cambio, pero aprecian la donación de alimentos no perecederos con destino a Cáritas o a la asociación protectora de animales. Y la entrega de gomas, telas y sábanas que sobren en casa para continuar la tarea.

MARTINA MISER

«Aunque la efectividad de esta clase de mascarillas caseras todavía tiene que ser comprobada científicamente, al menos evitan la expulsión de partículas de saliva o secreciones por parte de quien las lleva, con lo que parecen útiles para frenar la propagación de la enfermedad, además de funcionar como elemento de concienciación y ser recomendables en situaciones de desabastecimiento», explica una boticaria arousana, que propone reforzarlas con una gasa. Fabricadas a base de tela o algodón, tienen la virtud de poder ser reutilizadas. Para ello deben ser lavadas a temperaturas superiores a sesenta grados centígrados y secadas en un máximo de dos horas. Junto a ellas, varias empresas de la comarca se han animado a producir sus propias mascarillas. El empleo de materiales mejores y más cómodos debería redundar en una mayor efectividad, aun cuando su nivel de protección sanitaria tampoco ha sido testado de forma oficial.

MARTINA MISER

El siguiente paso dentro de la oferta existente en Arousa son las mascarillas quirúrgicas. Ayer mismo, los voluntarios de Protección Civil de Vilagarcía las distribuían gratuitamente en los accesos a los polígonos empresariales y en el centro de la ciudad. Se van a convertir en una presencia más que familiar a raíz de esta pandemia. De hecho, su uso es obligatorio desde ayer en los medios de transporte. Se trata del modelo cuyo precio máximo de venta al público estableció el Gobierno en 0,96 euros y conviene dejar claro que impiden que sus usuarios extiendan el contagio, pero no los protegen de la infección. Solo pueden utilizarse una vez y su período de máxima efectividad se reduce a unas cuatro horas.

MARTINA MISER

Un escalón por debajo de las célebres FPP2 en cuanto a filtrado de patógenos se sitúan las denominadas mascarillas equivalentes, identificables a través del código JT24. En Vilagarcía es posible encontrarlas en algunas farmacias a un precio de dos euros y medio, céntimo arriba, céntimo abajo. Tampoco son reutilizables.

MARTINA MISER

Por fin, el modelo básico de FPP2. Mejor sin válvula, puesto que este elemento perjudica sus prestaciones a la hora de frenar la infección. Protegen ante un riesgo de contagio moderado tanto a quienes las llevan como a los demás, y su período óptimo de empleo se extiende a lo largo de ocho horas, lo que explica su popularidad. Pueden adquirirse en varias farmacias arousanas y su coste variará en función de cada establecimiento, pero cinco euros es un precio orientativo. Tras un uso deben ser desechadas.

MARTINA MISER

Una variante de la FPP2 es el modelo KN95, que incluye una pieza nasal de aluminio. Aunque se fabrican como material no reutilizable, una farmacéutica explica que existen formas para esterilizarlas que, aunque no son recomendables, sí pueden resultar operativas ante la escasez para garantizar su utilización en tres o cuatro ocasiones diferentes. La más sencilla consiste en introducirlas en el horno durante media hora a una temperatura mínima de setenta grados centígrados. Tampoco les vendrá mal una pulverización con una solución alcohólica o con agua y lejía. Eso sí, no deben mostrar ninguna rotura. Si es así, tienen que ser desechadas inmediatamente. Se trata del tipo más caro: cada unidad cuesta 6,25 euros.